lunes, 11 de noviembre de 2019

¡Derrotemos el golpe proimperialista en Bolivia!

¡DERROTEMOS EL GOLPE PROIMPERIALISTA EN BOLIVIA!
¡SOLIDARIDAD OBRERA INTERNACIONAL!
¡HUELGA GENERAL!
¡ARMAMENTO DE LOS TRABAJADORES!

Espacio Rosa Luxemburg
11 nov 2019



viernes, 8 de noviembre de 2019

Viva la insurrección en Chile

[por: Colectivo Signos del Topo, Espacio Rosa Luxemburg, FASE Frente de Artistas Sonoros Experimentales]


Frente a los graves, pero previsibles hechos represivos del actual gobierno chileno y sus salvajes fuerzas represivas, condenamos todas sus acciones violentas, que vulneran los más elementales derechos de los trabajadores y el pueblo.
    Por otra parte consideramos que hay una insurrección popular con síntomas de constituir una situación prerrevolucionaria. Por eso apoyamos los llamados a una Constituyente con poderes revocatorios y la constitución de organismos obreros y de los explotados, a través de Asambleas populares, que tengan más poder que la Constituyente misma para enfrentar una situación de doble poder.
    Apoyamos las convocatorias que se hagan en ese sentido. Vemos la necesidad de organismos de movilización obrera y popular, que lógicamente deben armarse y prepararse para todas las contingencias.

    - Fuera Piñera! Abajo el actual gobierno y todos los representantes de los partidos que han gobernado en estos últimos 30 años, con sus colaboradores parlamentarios por más que se tiñan de rojo.
    - Viva la clase obrera de Chile !
    - Por la Huelga General !
    - Viva la insurrección popular!
    - Por un gobierno de los trabajadores y del pueblo oprimido !
    - Por la Revolución Social !

Firman: Colectivo Signos del Topo, Espacio Rosa Luxemburg, FASE  (frente de artistas sonoros experimentales)


Buenos Aires, 27 de octubre de 2019.



sábado, 6 de julio de 2019

¿Un “atentado criminal” contra el proletariado? (La crisis en el Partido Obrero)

[por Alberto a. Arias]


    Hace dos días (4 de julio), la dirección del PO (firman Rafael Santos y Gabriel Solano) dice textualmente nada menos que en un editorial de Prensa Obrera * :
    “Este lugar único conquistado por el Partido Obrero obliga a caracterizar la FRACTURA llevada adelante por el GRUPO que comanda Jorge Altamira como un ATENTADO CRIMINAL, no sólo contra la organización que fundó hace 55 años, sino también contra el proletariado de nuestro país y las masas explotadas. Esta caracterización se agrava aún más cuando se tiene en cuenta la METODOLOGÍA con la que es llevada adelante, PONIENDO EN DUDA POR MEDIO DE DENUNCIAS PÚBLICAS el carácter democrático de nuestro partido”. (Mayúsculas nuestras.)
    A buen entendedor pocas palabras: la dirección actual del Partido Obrero acusa a “Altamira y su grupo” de hacer conocer sus diferencias públicamente, de cara a los trabajadores del país y más allá de las fronteras, y de insistir y movilizarse para que la tendencia que de hecho conforman ejerza su derecho a constituirse en fracción, porque –y esto cae de maduro– los partidos obreros revolucionarios no son sectas que deban esconder sus disidencias ante los trabajadores del país y del mundo, necesitados de conocer las definiciones estratégicas y metodológicas para las condiciones mismas de su emancipación.
    ¿Desde cuándo la “metodología” de afirmar PÚBLICAMENTE que algo o alguien (y sus plurales) de la propia organización no está siendo democrático y socialista  –y además combatiendo honestamente planteos estratégicos que considera erróneos– constituiría un ATENTADO CRIMINAL contra la organización y contra el proletariado? ¿Desde cuándo “PONER EN DUDA” caracterizaciones, metodologías, procedimientos (y denunciar las expulsiones, irregularidades y atropellos que deben, sí, ser esclarecidos) y supuestas “verdades”, en este terreno como en otros, constituye un “atentado criminal”? Solamente una mentalidad profundamente burocrática puede hacer afirmación semejante.
    Esta aseveración autocalifica a sus autores y mentores: son concepciones burocráticas conocidas de larga data en la lucha socialista (teórica y práctica) por el programa  y/o por la estrategia para la emancipación del proletariado, por parte del socialismo revolucionario.
    Introducir conscientemente esta caracterización de “ATENTADO CRIMINAL” en una polémica (crítica) y en la crisis de un partido revolucionario, solo puede tener el sentido de impulsar aun más una RUPTURA VIOLENTA con quienes necesitan constituirse en fracción justamente porque consideran que esa es la opción que les ha quedado (y hay extensos documentos disponibles que explican por qué lo consideran así).
    Esta aseveración violentadora y premeditada proviene de la dirección actual del Partido, no de un revolucionario ofuscado que en un momento es ganado por el enojo y quizá cae en un exabrupto. Esta violencia discursiva y táctica de la dirección del PO tiene un propósito: enemistar y enfrentar, PARA UNA RUPTURA DEFINITIVA, a los militantes y simpatizantes de las tendencias en conflicto, barriendo con la SOLIDARIDAD MILITANTE Y SOCIALISTA que debe existir durante- y subsistir tras- el conflicto planteado.
    La gravedad de esta caracterización insidiosa hay que esclarecerla como corresponde: Si nos encontrásemos ante un “atentado criminal” contra el partido revolucionario y el proletariado (recordemos que históricamente estos “atentados criminales” suelen ser organizados y ejecutados por la democracia burguesa y sus dictaduras, por las burocracias antisocialistas/contrarrevolucionarias, y por el fascismo y el nazismo) un socialista revolucionario convencido (o alguno enceguecido por una patraña acusatoria) se sentirá impulsado (y avalado) a actuar por todos los medios contra los “criminales”.
    No se puede aceptar semejante caída en el pantano y la degradación anti-política.
    Una cosa más: se insiste con la palabra GRUPO cuando sin embargo el derecho de fracción es reclamado no por un individuo destacado y unos pocos más, sino por centenares de firmas de militantes, que podrían ser miles de apoyos si se tuviera en cuenta el pronunciamiento a favor (corriente de opinión) de simpatizantes del Partido Obrero y de la vanguardia obrera y de los trabajadores.
    Quienes –sin olvidar jamás las derrotas, triunfos e historias vividas y padecidas por esta lucha social y humana colosal– nos comprometemos por el triunfo de la revolución mundial del proletariado para alcanzar una “asociación en la que el libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de todos”, estamos obligados a recordar a cada paso que la solidaridad entre los trabajadores y los militantes de la mejor de las causas jamás debe ser quebrada, rota, por las apetencias burocráticas de nadie, por importante que se considere.

Alberto a. Arias (6 julio 2019)


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Editorial de Prensa Obrera, 4 julio 2019:

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Puede verse también:

• “Para NO contribuir a la confusión general” (17 de junio 2019)

• "Crisis en el Partido Obrero”

lunes, 1 de julio de 2019

La crisis nos pega a todos

[Publicación Nº 28]
[Por: Jimena Segura]
[Tomado de la página de Facebook de la autora.]

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Decidí escribir algunas palabras sobre la crisis actual del partido que en realidad vino a explicar algunos alertas que ya se me habían disparado frente a diferentes experiencias. No solo no me es indiferente el PO sino que tampoco lo son muchos de los militantes, y simpatizantes, que personalmente aprecio mucho, respeto y algunos con los que comparto aun hoy una cantidad de vivencias personales, laborales y de compañerismo. Pero esencialmente escribo porque lo que ocurre en el partido no compete sólo a sus internos sino al conjunto de los trabajadores. Se trata de la discusión sobre la orientación de la dirección de un partido obrero, de la vanguardia de los movimientos de lucha, por tanto no es un ente ajeno sino que es un legado histórico construido por una clase. Y particularmente para los que participamos en algún momento de su construcción, y seguimos interactuando con esta organización a través de diferentes acciones, urge también intervenir en este sentido porque esas acciones como actividades, aportes, orientaciones para intervenir en ciertos conflictos, es el producto de estar convencidos de la necesidad de una organización que apunte a la transformación del modo de producción por parte de los trabajadores. Desde esta necesidad y conciencia, intento ser honestamente objetiva en mis apreciaciones sin ánimo de alimentar susceptibilidades individuales.
No comparto la idea de que se trate de una pelea de personalismos y egos, aunque éstos puedan aparecer en medio de la polémica, sino que creo que se encuentra una contraposición más profunda sobre cuál debiera ser el rol de un partido obrero y marxista, especialmente luego de leer el documento presentado por el CC.
El legado de Marx propone construir una guía para la acción de la clase obrera sobre la base de hacer consciente el carácter de su explotación. La conciencia de la necesidad como primer paso a la libertad de la clase oprimida es lo que potencia su acción revolucionaria. No se trata entonces de construir una simple “organización de combate”, sino que se trata de que el combate tenga una teoría revolucionaria que lo sustente en términos científicos, que devele la necesidad objetiva contra la postura moralista del socialismo utópico. Por eso uno de los principales objetivos del marxismo es exponer las contradicciones del sistema capitalista y de cómo estas contradicciones se manifiestan en cada lugar y período en particular, y por tanto determinan las condiciones necesarias para su transformación mediante la acción más potente. Lo que un partido marxista tiene hoy como rol histórico es denunciar y combatir contra las manifestaciones de la crisis que son las que en definitiva demuestran el obstáculo al desarrollo de las fuerzas productivas que impone la propiedad privada sobre los medios de producción. Si un partido obrero no aspira a que la lucha de clases exponga la contradicción entre un sistema productivo y la potencia de la reproducción del metabolismo humano a la que llega cierto nivel del desarrollo de las fuerzas productivas, se transforma en una organización que deriva en luchismo, sindicalismo, y es esta la crítica que entiendo que se encuentra en el eje de la discusión. Contraponer un partido de combate con uno de propaganda es perverso en tanto que desde la postura de la fracción no se apunta a desligarse de una acción combativa.
La versión de una organización de combate, de lucha pura, lamentablemente comienza a vislumbrarse en otras organizaciones donde interviene el partido. Y es por eso que traigo a colación lo que en el documento presentado afirma de que ex militantes reprodujeron ataques gravísimos en la Asamblea de AGD cuando lo que se cuestionó es la firma de la paritaria por un 16% escalonado con cláusula gatillo en septiembre, lo que había sido anteriormente rechazado con la diferencia que ahora se podía negociar las 1000 rentas para los ad-honorem. Discutí con varios compañeros sobre este tema y sigo pensando lo mismo, incluso habiendo recibido como respuesta una visión honesta sobre la situación por parte de ellos. Pero destaco lo que me pareció más grave, que es la acusación a los que cuestionaron la firma de la paritaria por no haber ido antes a una asamblea, por no haber participado de una marcha, por ser fundidos pequeñoburgueses o encubridores de abusadores, y por tanto no comprender el estado de reflujo del movimiento docente. Por eso la postura luchista, sindicalista, que yo percibo que reapareció acá en el gremio, viene necesariamente de la mano de un diagnóstico de reflujo y desmoralización, y que a veces por tanto apela a la descalificación personal -justificada desde una autoridad de lucha- para silenciar el desarrollo de una postura crítica.  En el partido que yo me formé celebrábamos que más gente interviniera, que se sumara al debate, a la crítica y por supuesto a la acción. Esta caracterización no significa que no se reconozca y valore los que luchan, los que le ponen el cuerpo, y claramente la dirección de un gremio debe ser integrada por los más involucrados en esa pelea, pero esa pelea tiene que tener un diagnóstico y orientación determinada. Con la lucha y el combate no basta para construir el socialismo.
Por esto me alarma la sentencia en el documento del CC de que “Los grupos propagandistas hacen gala de rasgos acentuadamente pacifistas, pues reducen su actividad a ´explicar la crisis´ como si el único obstáculo que las masas tienen es su grado de conciencia, omitiendo la opresión física que la clase obrera vive todos los días en las fábricas y más en general en la sociedad. La comprensión de la clase obrera de la situación que enfrenta, o sea su pasaje de clase en sí a clase para sí, no es un hecho intelectual sino de luchas y de organización, que finalmente condicionan su capacidad de comprensión política” ¿qué significa tal declamación? Sin meterme en que la acusación de pacifistas no parece tener asidero alguno, explicar la crisis no es un episodio más, entender que en la libertad del trabajo asalariado se encuentra una mayor forma de enajenación del trabajo, y que ésta enajenación se exacerba en épocas de crisis, es el fundamento de toda acción revolucionaria. Esto no significa devenir en un academicismo abstracto, de café, sino de interpretar las necesidades de las masas como parte de esta dinámica. Si no, aparece una distinción más bien lineal, formal, entre conciencia y existencia, entre proceso intelectual y proceso de organización. Es la unidad de estos dos momentos lo que construye la necesidad de un partido obrero revolucionario, y no su diferenciación como si fuesen caminos que se recorren por separado. De la simple lucha no surge la conciencia para sí de la clase obrera, de esta forma toda la teoría marxista habría que tirarla al tacho de basura. De la lucha pueden surgir distintas vertientes, como el tradeunionismo, el cartismo y éstas en sus versiones más aggiornadas. En cambio del análisis marxista de la lucha de clases, surge la clase en sí y para sí, porque sólo desde ese desarrollo metodológico surge la conclusión de que la lucha de clases como tal es la lucha obrera y socialista. Por tanto a la luz de cómo se está desenvolviendo esta interna, resaltar que hay que armar una organización de combate vs. uno de propaganda, no me parece que es una acusación de ultraizquierdismo sino más bien un encubrimiento del abandono a los métodos marxistas en la construcción de un partido.
Es desde este lugar es que el PO reivindicó al piquete como herramienta de lucha de los trabajadores, ya no sólo como lucha contra la patronal sino contra el propio estado capitalista, desde este lugar la FUBA se hizo piquetera, luchando contra el ajuste del gobierno en educación a la que nos tenía confinados la burocracia estudiantil. Elevando el reclamo y la organización en torno a la lucha contra el capital, haciéndonos eco de una necesidad y reorientándola.
Justamente como para nadie es que hay “una relación mecánica entre la bancarrota capitalista y la irrupción de las masas” es que se presenta una disputa por la orientación política que deba tener el partido.
La crisis capitalista hoy
El capital objetivamente no tiene otra opción que en épocas en que se exacerba la competencia mundial apropiarse más de ese trabajo. Los mecanismos que tienen hoy los capitales para hacerlo mediante la precarización del empleo, también desde la política económica apelan a las herramientas que permiten tironear entre ellos en la apropiación del mayor plusvalor extraído. La suba de tasas de interés para acaparar a nivel nacional los flujos internacionales de capitales, la mayor carga impositiva sobre los trabajadores, la guerra de monedas que implican procesos de devaluación e inflación, de conjunto presentan un límite a la propia acumulación capitalista y por tanto deben aplicar su inverso: baja de tasas para reactivar, baja de impuestos para permitir la concentración de los capitales, apreciación de la moneda para no sobrendeudarse. Es en este sentido en que la burguesía no puede encarar ninguna estrategia de transformación actual que permita superar este sistema. No puede hacerlo en cuanto a la variante política propuesta porque tampoco tiene un realineamiento económico detrás del cual poder encolumnarse, como pudiera haber ocurrido en otros períodos.  “Neoliberalismo vs progresismo”, “productivismo vs financiarización de la economía”, son opciones enajenadas para la clase trabajadora que al mejor estilo ballotage pretenden ofrecer opción cuando no la hay. Total vigencia tiene el artículo que escribió Rieznik en los ’90 en la EDM donde cuestionaba al neoliberalismo como un modelo económico. Las variantes políticas que se presentan actualmente no sólo a nivel local sino en muchos países presentan un cambalache de candidatos que expresa las dificultades que encuentra hoy la burguesía en su frustrada intentona de imponer una polarización ficticia al mejor estilo yanqui. El capital no logra definitivamente salvarse a sí mismo.
Cuando luego de la caída del Muro el conjunto de la izquierda salió a marcar la derrota, la desmoralización obstaculizó esta potencia revolucionaria por parte de los partidos obreros que se vieron cooptados al salvataje del capital. La incorporación de la URSS y de China al mercado mundial logró desagotar por el momento la crisis aunque profundizándola mediante el avance en los procesos de ajuste y opresión, y la izquierda derrotada no logró ella hacer avanzar ni un ápice las conquistas obreras. Se adaptó al parlamentarismo a nivel mundial. Abandonó el único rol histórico que merece tener. Esto es lo que se alerta que puede desarrollarse en un futuro a partir de este tipo de análisis. Los que gracias a la opción democratizante lograron avanzar en términos de poder democrático, pueden llegar a presidencias, pero lo hicieron mediante el abandono de las consignas de clase como el PT de Lula, y ahí está ese PT, y ese Lula, y esa clase obrera brasilera que hoy sale a la calle sin tener al PT como vanguardia de nada sino más bien a sus dirigentes en el banquillo de los acusados.
Por eso cuando hablando con compañeros me dijeron que mirara el balance de Córdoba por lo vergonzoso de lo escrito por JA, me encontré sin embargo con este mismo trasfondo en el balance del comité de Córdoba en que concluía que el retroceso del FIT vino de la mano de un voto masivo a Schiaretti a partir del “avance del rasgo conservador de las masas”. El tinte derrotista me lo encontré esa misma semana charlando con militantes de diferentes regionales que aludían a que la gente “no nos quiere”, que “las masas son democratizantes”, y por supuesto al reflujo.
Por eso me animo a decir, que no creo que sea coincidencia que esto sucede también en lo que pueda ser una época bisagra de la crisis capitalista mundial, porque esas contradicciones en la actualidad tienen su particularidad especialmente a partir de la crisis financiera de 2008, lo que repercutió en el mundo, y en la economía y política local de manera directa con la salida de dólares del país, lo que devino en ese momento en la realineación burguesa tras el kirchnerismo con la disputa con el campo por un lado, y el avance del ajuste por el otro con la inflación, tope a las paritarias, negociación con los organismos de crédito y el inicio de los tarifazos. El proceso de desregulación financiera mundial que se viene profundizando luego de la derrota de la “regulación bancaria” postcrisis, encuentra a China como un jugador financiero de peso en el escenario internacional, que apuesta al reforzamiento de su reapertura al capital financiero, y, sin embargo la crisis no permite que esta apertura prospere. Contradicciones que lleva a crisis hacia el interior de China y de mayor explotación de sus trabajadores y del resto de los países asiáticos. Es un período en que el FMI convirtió al yuan en divisa y sin embargo los capitales se refugian en el dólar, en que la tensión comercial entre China y los EEUU debe ser permanentemente contenida por sus propios protagonistas, en que la pelea por los paraísos fiscales que explotó con los Panama Papers se transforma en una lucha de acaparamiento del dinero en negro mundial. Esto de manera conjunta y contradictoria se da con el avance de medidas proteccionistas que pretenden ser un manotazo de ahogado que da lugar a posturas que visualizan una tendencia a la derechización y al ascenso de regímenes más nacionalistas o chovinistas en diversas partes del globo. Aunque esto requiera de un debate para ser profundizado, no es casual que este escenario vuelva a encontrar tendencias más desmoralizadas o demagogas frente a las elecciones en la izquierda.
Por eso tampoco es un problema esencialmente “fondomonetarista”, menos aún luego de que el kirchnerismo haya hecho bandera de que se sacaron al FMI de encima mientras endeudaban a la Anses, ponían en rojo al Banco Central y pagaban religiosamente la deuda no sólo con el FMI sino con el Club de París y reemplazaban parte de ella con deuda china. Es una etapa en que el capital financiero pasa a la ofensiva con las contradicciones a las que esto le conlleva. Por eso la bancarrota capitalista debe ser tomada de manera contradictoria, si no los vaivenes del capital no pueden ser comprendidos.
Cuando se habla de “electoralista” o “democratizante” no debiera esto por tanto interpretarse como una acusación de la inacción, porque de esta manera inevitablemente esta crítica se lo tomará como algo ofensivo. Lo digo porque veo que como respuesta aparecen los “1200 fiscales obtenidos” en Córdoba, la dura militancia llevada a cabo en la campaña y demás, siendo que la crítica apunta a la orientación de la dirección que tiene toda esa acción puesta en marcha, y de justamente cómo toda esa acción puede resultar en frustración para la militancia sin ese contenido. Y cuando veo este cuadro, y me explican que no se llevó adelante la consigna “Fuera Macri” porque confluía con el kirchnerismo, la comprensión del escenario en que se da el debate, se esclarece cada vez más. Se trata de ser la vanguardia política, se nos pegue quien se nos pegue, mostrar que se tiene la suficiente competencia para encabezarla, dando nombre en la consigna a la personificación máxima que tiene esa crisis hoy.
Cuando el PO pasó las PASO con el famoso “un milagro para Altamira” justamente lo hizo denunciando lo proscriptivo que resultaban las PASO y la reforma electoral, de hecho de ahí surge la idea de “milagro”; sin embargo luego de pasarlas, nunca más se hizo mención a esta cuestión, y mucho menos al rol que tiene el momento electoral respecto de crear un distraccionismo a las posibilidades genuinas de transformación que tiene la clase obrera sobre el modo de producción actual. No se concluye de esta denuncia que no haya que participar en las elecciones. Lo digo incluso tomando como puntapié la falta de perspectiva o esperanzas que se tiene en los resultados electorales como superación a la crisis. Es cierto que en el período de elecciones se exacerba el autoengaño de la “participación”, y es el momento en que un programa obrero puede presentarse en debate con mayor alcance, pero no concuerdo como me dijo un compañero que la gente cree que con las elecciones está cambiando algo, por lo menos no ahora en medio de esta crisis económica y política donde el “Cristina volvé” no apareció con la fuerza suficiente como para que siquiera fuese candidata. Más bien es ésta la desmoralización que se percibe en las masas, la de sentir que ningún cambio de fondo va a ocurrir luego de ir a votar. A modo de ejemplo en el día de ayer una asamblea de 150 vecinos de Villa Elisa-La Plata, como producto del apagón de 4 días, sacó un reclamo de estatización de los servicios públicos, de que la indemnización sea utilizada en fines que los vecinos dispongan y con control vecinal en su ejecución. Algo que se da de bruces con esperar a que las elecciones resuelvan algo. El único que habló proponiendo eso, fue Luis Arias candidato que va en las listas pegadas a F-F.
La postura del reflujo increíblemente también me la encontré en relación al movimiento de la mujer como explicación al llamado a un plebiscito contra el aborto luego de la movilización más importante en la historia del país en este sentido. Hay una frase que dice “ojo con lo que pides porque puedes obtenerlo”. Por suerte no tuvo repercusiones, la que faltaba era no obtener la mayoría en ese plebiscito nefasto. Me resultó demagogo, peligroso y sin funcionalidad alguna esta iniciativa. Recuerdo cuando hace años discutimos internamente contra la postura de cupos femeninos dentro del partido, y hoy nos encontramos con que el movimiento por los derechos de la mujer contiene un vacío de consignas, donde hoy la postura feminista es contra el “patriarcado” y no contra el capital. Esto es sumamente peligroso, al punto de que si existe la trata de mujeres sostenido desde el aparato policial, judicial y político, y ni hablar del nivel de abuso y trata de menores (creo en este punto que el partido estuvo flojo en las denuncias que surgieron de los clubes de futbol que justamente pueden servir para mostrar la limitación del problema de género), nunca se va a acabar con la opresión contra la mujer. Christine Lagarde la directora del FMI escribió un libro en que cuenta cómo se plantó frente a este machismo y patriarcado para poder ascender, y se convirtió en un referente para todo el feminismo corporativo y emprendedor tan en boga. Por eso respiré cuando leí la nota en la EDM de Altamira “Una delimitación clara con el feminismo de género” con señalamientos que realmente están ausentes en la mayoría de las cosas que circulan sobre el tema dentro del partido y de la campaña. Esto no quiere decir que no haya una cantidad de militantes dentro del partido que pelean contra las posturas feministas, pero no aparece de manera programática. Frente a esta crítica que ya hice en diversas discusiones con compañeros me dijeron “leé los 20 puntos del FIT”. Los leo y vuelvo a decir lo mismo.
Hace años, cuando militaba en Económicas y en la FUBA en que no hacía mucho la habíamos recuperado de manos de la Franja, fui a un Encuentro de la Mujer sola como única representante del PO en la universidad. Viajé con un micro con todas compañeras de la Venceremos y a la vuelta presenté un informe señalando lo despolitizado de la postura de mis compañeras universitarias que no querían viajar porque decían que “estaba llena de feministas”, y remarqué que se trataba de un encuentro que no era de mujeres sino de activistas. Creo que esa despolitización del momento que no lograba zanjar con claridad la problemática de la mujer, es similar a la actual, que no logra delimitarse de manera marxista con el movimiento feminista actual. Pero creo que sólo en el PO existe la potencialidad de militantes y de formación para lograr hacerlo. Por eso me preocupa todo lo que está pasando dentro del partido. Porque veo en algunas intervenciones cierto temor a la iniciativa, y es lo que lleva a que al revés, la iniciativa surge de movimientos despolitizados de los que luego cuesta delimitarse, se termina siendo furgón de cola, y de ahí la necesidad de apelar a la demagogia y a la adaptación.
Creo que por un lado cierta deformación teórica es uno de estos causantes. Cerca del 2001 se intentó relanzar la universidad obrera, y no se logró, se vivía de mañana a noche en una actividad, reunión, calle, frente, pero creo que luego sí era el momento de hacerlo. Mientras que generaciones anteriores pudieron formarse en la clandestinidad, las generaciones de la democracia tenían que laburar, militar abiertamente y estudiar. Claramente no se puede lograr todo tipo de formación y de acción en un solo individuo, por eso esto se reconstruye en lo colectivo. El partido no es una suma de individualidades, es una agrupación, y requiere por tanto que algunos militantes se aboquen más a algunas actividades y otros a otras. Y por eso mismo el señalamiento de que todos estos años la actividad del partido se concentró en JA es falso. Los frentes tenían sus propios debates, escribían en el periódico frente a los conflictos, se acudía a diferentes compañeros para saldar dudas de cómo intervenir. Me resulta insultante y falso para el conjunto de la militancia que se diga eso.
Será resultado de un debate las características de esas actividades, pero hacer esa división entre combate y propaganda desde el partido y no desde la división de tareas hacia dentro de la organización creo que es un peligro, y de nuevo, recae en el luchismo y el voluntarismo de la militancia. Creo que el señalamiento de que dentro de la fracción pasan de una postura a otra, es resultado de esta deformación, descontextualización de cada una de ellas, un vaciamiento de contenido de lo que se expresa, y una tergiversación a veces malintencionada de las conclusiones presentadas.
Es en este sentido que decir que “es sistemática de parte de Altamira la caracterización de que lo que le vale al Polo Obrero no le vale a los trabajadores ocupados” me resulta puramente tendencioso sobre la base de la experiencia histórica que demostró JA, e incluso de carácter irrespetuoso y hasta de una crueldad que me cuesta reconocer, entre otras acusaciones. Mismo que en el contexto de la discusión sobre la paritaria universitaria cuestioné que firmarla por la diferencia de las 1000 rentas para los ad-honorem me recordaba cuando el estado otorgaba un puñado de planes para miles de desocupados con la intención de generar crisis internas dentro de las organizaciones, desarrollar aparatos punteriles y cooptar al movimiento. Mi analogía apuntaba a que en un escenario de desvalorización acumulada del salario, repudio al gobierno, campaña electoral, se trataba de herramientas que funcionaban como una prebenda para la cooptación. A partir de eso en el grupo de delegados de CBC, IC me respondió entre otras cosas que “hay que tener cuidado en asemejar un plan trabajar con una renta para los que desarrollan la misma actividad que un rentado, pero sin salario y en general por mucho tiempo”. Está claro y estoy de acuerdo que categorías diferentes responden a diferencias cualitativas, pero esto no anula la analogía a la que apuntaba yo, y en todo caso no comprendí totalmente la respuesta, siendo que un desocupado es alguien que no puede vender su fuerza de trabajo al lado de alguien que sí puede, por lo que remarcar la diferencia con un asalariado de esta manera bien podría tomarse de manera capciosa como una descalificación a los desocupados. Como sé que por parte de IC y de otros compañeros que militan hace años no existe la intencionalidad de menospreciarlos no lo desarrollé en ese sentido ni respondí nada. Por eso encontrarme con esa sentencia dentro del documento me resultó indignante, y sumamente capcioso por parte de compañeros que debieran tener otro reconocimiento y respeto por organizadores históricos del Partido Obrero.
Por otra parte no coincido con la exclusión del debate político a la periferia y la acusación de que JA lo abra en Facebook. Una cosa es la discusión de temas más personales y susceptibles de ser utilizados malamente por algunos sectores como el tema de las rentas o los abusos como hace el documento del CC. Y otra cosa es el propio debate político. Un partido que pretende ser la dirección obrera no puede no involucrar al conjunto de los trabajadores al debate, éste de hecho debe surgir de la problemática de los trabajadores para transformarla en un programa socialista, y no presentarlo como algo estático, sin dinámica e impuesto. Es más, en situaciones como éstas es cuando más debe impulsarlo, tratándose de una crisis histórica que nunca antes se había manifestado en el seno del partido, siendo que por el contrario yo vivencié cierto “abroquelamiento” pincelado de amiguismo, un encierro donde nadie explicaba cuando interpelaba y que se hizo más explícito en el “acá no hay un debate político, es pura lucha personalista por la candidatura”.  Digo más, apelo incluso a que los externos, siempre y cuando simpatizantes, al estar desligados de odios personales que surjan de la cuestión cotidiana que hoy está vivenciando todo militante, en tanto que pretendan realizar una crítica constructiva, pueden aportar alguna visión objetiva y desatendida de todo interés personal, material o cual fuere, que perturbe consciente o inconscientemente la postura política a tomar. Y esto no es menor, el amiguismo como vinculo político se exacerba en estas ocasiones, y más que una posibilidad de reforzar y personalizar el vínculo gracias a la actividad política conjunta, es más bien su inverso, el vínculo es el que refuerza la postura. Y no es casual que esto devenga en actividades desorganizadas o más deprimentes en algunas regionales (como me lo manifestaron algunos militantes) en relación a aun actividad social que pasa por fuera. Y no concuerdo con que es la interna la que deprime, lo que deprime es no lograr resolverla, ni superar el diagnóstico desmoralizado, lo que se choca entonces con que las manifestaciones más activas, creativas y dinámicas aparecen más bien desde el movimiento y no desde su vanguardia. Si el partido no logra posicionarse como vanguardia de las luchas, y si al hacerlo no se afirma a sí mismo en su orientación socialista, es muy difícil que los militantes puedan afirmarse a sí mismos en su acción y mucho menos sentirse feliz ahí antes que en otra instancia de sus vidas.
Entiendo que pueda haber una necesidad de que el partido tome cierta dinámica en cuanto a su organización, modernización, etcétera que a veces choca con generaciones previas, y que también existan una cantidad de críticas a realizar, pero esta necesidad debiera resolverse de otra manera. Si no, la mentada juventud no sería más que un rasgo de una vejez prematura.
Estoy segura que no en todos los compañeros juegan las mismas razones para defender tales posturas. Calculo que en algunos abunda la especulación, pero en otros el convencimiento, aunque en otros puede haber mezcla de resentimiento personal por la imposibilidad de argumentar políticamente o expresar alguna necesidad, en otros la simple desmoralización y agotamiento, o la deformación política y la confusión respecto de lo que se está discutiendo de fondo, es acá donde el aparateo interviene con fuerza. Pero sé también que es necesario para muchos salir de cierta intuición de que algo es por lo menos confuso o no tan tajante, a romper con lo prestablecido como certero, porque en definitiva esa es la condición necesaria de un marxista.
Porque sé que el socialismo es la necesidad hoy, y más allá de que sea externa creo que este partido tiene la potencia para acercarnos en este sentido, y entendiendo al amor como una afirmación, una empatía, amo el marxismo, amo este partido que formó y forma parte de mi vida, que fue mi familia en momentos de desahucio y le dio una comprensión social a padecimientos personales o familiares, que me hizo conocer gente que adoro, y que por eso todo esto me generó un vacío intenso, porque lo vivo como uno de los duelos más grandes de mi vida, pero también creo que los duelos son esclarecedores, y de última de esto se trata, como decía Trotsky “la verdad es el motor de la historia”. 

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Tomado de su facebook del día de la fecha 1 julio 2019.


[Ni reir, ni llorar...]

[Publicación Nº 27]
[Por: Camilo Márquez, 1º julio 2019.]
[Tomado de la página del autor en Facebook.]
[Nota sin título. Título puesto por nosotros.]
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    Hace un tiempo un miembro de la Comisión de Control escribió un “poema” donde le dedicaba palabras bastante desagradables a Jorge Altamira. Las inmundicias de ese elemento se derivan de lo que la actual dirección lanza a repetición desde un tiempo a esta parte: que Altamira caducó. Un mantra que va siempre acompañado con alguna referencia a las PASO del 2015, que JA no habría podido “superar” o “procesar”. Sin embargo, los que vuelven una y otra vez a esa fecha son quienes si lo habrían superado. El hecho es, por lo menos, curioso.
    La idea sería que el fundador del Partido Obrero, en algo parecido a lo que pasa con el capitalismo, se estaría “sobreviviendo” a si mismo.
    El debate político sobre las consignas de la constituyente, el fuera Macri o que la crisis la paguen los capitalistas se transformó en una coartada. Se pueden hacer mil piruetas para justificar una línea, pero la polémica fue adquiriendo un tono místico en los labios de los compañeros que lo animaban, como si las consignas fueran talismanes que todo lo pueden.
    Personalmente no me cierra del todo la consigna sobre la constituyente, (lo comentamos muchos entre los compañeros aquí en Uruguay) me parece que aún hay una barrera con las masas que esa consigna no ayuda a derribar. Quiero decir, no estoy allí, no conozco, es una impresión. A su vez no creo que la consigna “que la crisis la paguen los capitalistas” alcance para la situación argentina; nosotros levantamos la misma y no es ni por cerca la situación que atraviesan desde el lado opuesto del rio de la plata. “Que la crisis la paguen los capitalistas” es correcta siempre y en cualquier lugar por que la crisis capitalista es mundial y en ningún lugar esa crisis la quiere pagar algún capitalista. No tengo que decir que lo del “sistema de consignas” me parece un dibujo completo, una fenomenal estupidez que solo confunde a la juventud.
    El comunicado público del CC del 29 de junio en el que titula que Altamira y su grupo rompe con el partido es una irresponsabilidad que precipita que la situación no tenga marcha atrás.
La clase obrera repudia las divisiones, ella necesita la fortaleza y consistencia que dan la unidad. La disposición de varias centenas de compañeros a firmar un documento de oposición en un partido que es importante pero no de masas, está señalando que existe una atmosfera política favorable para que cristalice una fracción que es cualquier cosa menos minúscula.
    Un compañero veterano del PT me hizo notar que no hay forma de echar a Altamira sin antes desprestigiarlo, y con ello también desprestigiar al partido (ahí está para el que quiera leerlo, las referencias a las rentas de JA y Ramal). De esto al suicidio político hay un paso, por eso la crisis viaja por las vías del cinismo. No se asume la purga (por el alcance que han alcanzado las expulsiones éste es el termino correcto). Fatalmente la dirección actual no tiene otra alternativa, debe dar este golpe cueste lo que cueste, ya que -a decir de este mismo compañero- las expulsiones tienen que ser quirúrgicas “saben que si demoran, Jorge avanza y ellos retroceden”.
    Soy de la opinión de que el movimiento obrero argentino (por lejos el más dinámico del continente en las últimas dos décadas) atraviesa un reflujo del que le cuesta salir pero que hace esfuerzos constantes por superar. La muestra mas contundente es que la burocracia debió separarse en múltiples centrales en los últimos años y asumir distintos colores para mejor engañar, contener y desmoralizar.
    Los partidos de la CRCI deben rechazar el curso que ha tomado el debate. Convocar a bajar la pelota y buscar un acuerdo que lleve a las partes a pactar cuestiones elementales. Es un paso que las organizaciones hermanas del PO no pueden saltearse, pero no deja de ser diplomacia, la diplomacia que hasta los partidos revolucionarios tienen en sus relaciones mutuas.
    Pienso que la escalada que ha tomado el enfrentamiento en las últimas 48 horas ya no hace posible salir de este atolladero sin un desenlace con dos partidos distintos. El sector que se impuso en el último congreso seguramente retenga la nomenclatura y algunas cosas mas.
    Además, está el tema del espionaje. Sobre el episodio se ha utilizado como respuesta recurrente, que alguien se topo con un mail abierto y que lo reviso bastante exhaustivamente por que le llamo la atención que un agente de la Ojrana conspiraba contra no se sabe que regional o que individuos. Esta es la versión cínica que se puso en circulación para desprestigiar a Ramal, Altamira, Ferro y armar amalgamas emponzoñadas para terminar poniendo en un altar las maquinaciones y la soplonería.
JA es por lejos el tipo que ve mas lejos de la izquierda revolucionaria. Despliega una actividad infatigable, y su nombre está asociado de forma indisoluble a cada una de las luchas de los explotados de la Argentina, esta cualidad principista ya se está transformando en cantidad.
    Ni reír ni llorar, comprender, dijo uno.

domingo, 30 de junio de 2019

Paremos el intento de liquidar el Partido Obrero



[Publicación Nº 26]
[Por: Jorge Altamira, Marcelo Ramal, Juan Ferro, Daniel Blanco, Julio Quintana, Pablo Busch, Pablo Viñas]
[Tomado de la página de Jorge Altamira en Facebook]

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    El Comité Nacional del PO acaba de hacer pública la intención de romper el Partido Obrero; romper con los principios de la democracia obrera del partido; romper con su trayectoria histórica, y romper con el programa – aprobado en un Congreso de la corriente internacional a la que pertenece el Partido Obrero, en abril de 2004, en Buenos Aires. Un partido revolucionario no es su aparato: es el contenido histórico que representa su programa; su combate para que la clase obrera se desarrolle como sujeto político independiente; su liderazgo probado en la lucha contra varias dictaduras, su trabajo teórico enorme; su estrategia. Romper con esta historia es un acto de usurpación política.
    El comunicado que ha hecho público el aparato dirigente no vacila en caer en la farsa. “Altamira y su grupo, dice, rompen con el Partido Obrero”. ¿De qué ‘grupo’ se trata; quiénes son sus integrantes; cuántos dirigentes obreros reconocidos en sus lugares de trabajo lo componen; cuál es su trayectoria política? El comunicado del aparato oficial le esconde a los trabajadores la naturaleza social y política del ‘grupo’, porque la simple mención de ello lo desenmascararía como lo que es – un aparato de funcionarios que violenta a cada día y a cada hora la democracia partidaria; la posibilidad de los militantes de expresar sus posiciones en la prensa; el establecimiento de un régimen de censura, más grosero naturalmente que el que aplican la clase capitalista y su Estado, incluido el espionaje a los correos electrónicos de los cuadros más y menos destacados.
    ¿Qué es exactamente ese ‘grupo’? El ‘grupo’ en cuestión no es una capilla que se oculta sino que acaba de participar en una Asamblea Nacional con la presencia de 372 militantes, quienes aprobaron una Declaración que ya ha sido firmada por 778 compañeros, y que en días más superará las mil adhesiones. ¿Puede una organización revolucionaria privar del derecho de opinión a estos militantes, que actúan en el marco de la unidad de acción del Partido Obrero en la lucha cotidiana contra el capital y su Estado, y contra el imperialismo mundial?
    Estos compañeros reclaman, a cara descubierta y con planteos escritos sobre papel, blanco sobre negro, el respeto al derecho establecido en el Partido Obrero a constituir una fracción o tendencia pública en las condiciones políticas concretas de la crisis por la que atraviesa el PO. Es una crisis que se manifiesta en la censura que se ha ido acentuando con el paso del tiempo; en el número indeterminado de expulsiones y sanciones ocurridas en los últimos tres años, adoptadas en todos los niveles y no informadas al conjunto de la militancia; y que se manifiesta en las discusiones internas vinculadas al programa y la estrategia del PO. Como lo han probado una serie de hechos, en especial en el último tiempo, se trata de una crisis que envuelve al Frente de Izquierda y los Trabajadores y más allá de él. “Altamira y su grupo rompen con el Partido Obrero”, es solamente la expresión falaz del intento de acallar un debate político que alcanza incluso a la izquierda internacional, mediante procedimientos administrativos de un aparato. Esa falacia apunta a disimular las intenciones de ese aparato de desnaturalizar al Partido Obrero y romper con su trayectoria, o sea su contenido. Desde el vamos, el comunicado del CC está plagado de contradicciones y falsedades. En primer lugar, lo que se presenta como “grupo de Altamira” ha presentado una declaración de principios donde se desarrolla un planteamiento integral sobre la situación internacional, la crisis política argentina, las consignas de la etapa y la cuestión del régimen interno partidario. No se trata de un “petitorio”, sino de adhesiones militantes a un planteo de defensa del programa y de recuperación de los métodos históricos del Partido Obrero, malversados por una dirección que apaña el espionaje y la delación para socavar el debate político y entregarse a un electorerismo febril. El supuesto “grupo”, por lo tanto, ha cosechado la adhesión de militantes de todo el país y, en algunos casos, de regionales enteras, en torno de un planteo político que dirigentes como Jorge Altamira y Marcelo Ramal desarrollaron a lo largo de al menos dos años, con textos por escrito.

Falsificaciones y exclusiones

    El comunicado del CC también falsifica la realidad al afirmar que “rompemos con el Partido”. El documento proclama una fracción pública del Partido Obrero, o sea, de su programa, su historia y su organización. Ninguno de los adherentes a nuestra fracción se retiró de los círculos y organismos que integraba ni tampoco ha dejado de participar de las actividades partidarias. Por el contrario, y como hemos verificado en estas horas, ha sido la dirección la que dio la orden de dejar afuera de los organismos y grupos de WhatsApp a decenas de militantes y dirigentes por el solo hecho de haber participado de una asamblea “no autorizada”, y suscripto un documento político y programático absolutamente legítimo. En los casos de Jorge Altamira, Marcelo Ramal y Juan Ferro, los compañeros vienen siendo censurados en el periódico partidario; fueron calumniados, espiados y acusados infundadamente de “conspirar con enemigos del partido”, y luego “invitados” a convivir en organismos del CC con sus calumniadores y censores. Luego, el CC tampoco les ha permitido integrarse a ningún otro organismo partidario, cuando ellos lo solicitaron.
    ¿“Afuera del partido”? Todos los que hemos suscripto la declaración de la fracción o participado de la asamblea del 23 somos militantes plenos del PO, y la mejor prueba de ello es nuestro compromiso con esta fracción pública. Demostramos, de ese modo, hasta qué punto estamos empeñados de rescatar a nuestro partido de una deriva conservadora, electorera y de burocratismo interior.
    Absurdamente, el comunicado nos acusa de pretender hacer campaña electoral “por fuera de lo resuelto por la dirección del Partido”. Pero ¿qué es lo que pretenden? ¿El monopolio de la campaña electoral para un grupo de candidatos? En el Partido Obrero, la campaña electoral, como instancia de agitación y propaganda política, es patrimonio de todos sus militantes. Pero la afirmación es doblemente absurda porque los voceros o dirigentes de la fracción pretendemos contribuir a la campaña aún cuando hemos sido claramente excluidos de las listas electorales. Más aún: en varios distritos, el CC ha maniobrado para desplazar de las listas a integrantes o adherentes a nuestra fracción, en beneficio del partido recién ingresado al FIT-U, o sea, el MST. Pero nuestra exclusión de la campaña electoral, en cualquier caso, es sólo un aspecto de una tentativa más general de confinamiento político. Recientemente, el CC boicoteó sin escrúpulos una gira de charlas de Altamira por el interior del país, por el 50º aniversario del Cordobazo. Las regionales que lo invitaron debieron apelar al esfuerzo de militantes y simpatizantes para costear estos viajes. ¿Dónde están entonces los rupturistas? En la supresión política de Altamira y otros compañeros, se apunta a la amputación de un legado político. La malversación de ese legado, por parte de la actual dirección, ha sido el eje de los debates que hemos sostenido en estos dos años. Por caso, la revisión –por parte de ella– de la caracterización de la actual etapa de declinación del capital y de impasse histórica de la burguesía y, por lo tanto, de “guerras y revoluciones”, de crisis políticas y convulsiones sociales, que enlazan a las reivindicaciones más apremiantes de las masas con la cuestión del poder político.
    Como parte del ataque a ese legado, se rechaza ahora el derecho de todo militante o tendencia, dentro de un partido obrero, a expresar sus opiniones y planteamientos políticos de cara a toda la clase obrera. El rechazo a que una tendencia o fracción pueda hacer pública sus posiciones –eso es lo que sostiene el actual CC– malversa al centralismo democrático. La unidad de acción, que reivindicamos, nunca puede ser la excusa para la unidad de pensamiento o el cercenamiento del debate político. Por el contrario, sostenemos que la acción unida del partido sólo puede ser el resultado de su conciencia colectiva, forjada en el debate y la elaboración común.
Ataques y expulsiones
    El comunicado del CC fue precedido por una ola de ataques sobre locales partidarios de diversos puntos del país (Tucumán, Bahía Blanca, Quilmes, Villa Ortúzar, entre otros). Allí, presuntos personeros del CC, entre gallos y medianoche, cambiaron candados y cerraduras y sustrajeron materiales y objetos de valor. Esto es lo que, al final de su texto, el CC anuncia como “las medidas necesarias para… preservar su patrimonio político, material, económico y legal”. Pero el Partido Obrero carece de “patrimonio”, sus recursos materiales son los de la militancia de todo el país. La sustracción de computadoras y equipos de impresión –como ocurrió en el local central de Tucumán– es un despojo al Partido Obrero y a sus militantes, que han aportado a la estructura política y material de sus regionales con enormes esfuerzos. Como parte de esta depredación, han sido sustraídos como administradores de las páginas de Facebook regionales –Santa Fe, Tucumán y otras– los militantes y dirigentes que adhieren a nuestra fracción. El CC podrá intervenir “virtualmente” o personalmente a las regionales opositoras, pero ello no hará más que reforzar una repulsa que, a medida que pasan las horas, se extiende a la escala de todo el partido. Estos actos de depredación política ocurren, por otra parte, en plena campaña electoral, la misma que, según la dirección del partido, sería “boicoteada” por nuestra fracción. Los supuestos denunciantes de una “ruptura” no han vacilado en escalar una acción patoteril, llevada adelante contra la voluntad de los militantes de las regionales agredidas. Mientras escribimos este texto, tomamos conocimiento de una escalada de expulsiones contra compañeros que han suscripto el manifiesto de nuestra fracción, varios de los cuales han sido forzados a renunciar como candidatos del FIT-U en sus distritos.
    El planteo de constitución de una fracción, que preside el documento que presentamos, es una tentativa última para defender la unidad partidaria, desafiada por la violación creciente de la democracia interna y las agresiones faccionales de la dirección. Pero el CC invierte las cosas: presenta como rupturistas a quienes declaramos nuestra pertenencia y defensa del programa del PO, y avanza él en un camino escisionista. Nos atribuyen la supuesta decisión de apartarnos del partido para no hacerse cargo de una expulsión que, sin embargo, intentarán poner en marcha. En forma deliberada, la dirección escamotea los resultados de una crisis que es resultado de su propia deriva política, blindada con métodos de patota, ataques personales, descalificaciones y espionaje.
    Tras haberle insistido a Altamira y Ramal a que se constituyan en tendencia o fracción, ahora el CC califica la constitución de la fracción como “maniobra rupturista”, rechaza la posibilidad de que esta pueda acceder a los recursos del partido en proporción a su representatividad y pretende ahogar la opinión de cuadros y militantes fogueados en largos años de lucha.
Reclamamos que se hagan públicas la totalidad de las adhesiones al documento de la fracción; su inmediato reconocimiento, junto a los recursos correspondientes para que ésta pueda desarrollar su actividad en el marco del Partido Obrero; reclamamos la investigación y la separación de las filas partidarias a los responsables del espionaje a miembros del PO; y el cese de todas las agresiones y usurpaciones como las cometidas en las últimas horas.
La tarea de frustrar esta tentativa de malversación del programa y nuestros métodos le cabe al conjunto de la militancia del PO, en la cual palpita la trayectoria histórica de nuestro partido.

30 de junio de 2019

Jorge Altamira, Marcelo Ramal, Juan Ferro, Daniel Blanco, Julio Quintana, Pablo Busch, Pablo Viñas.
(girado a los compañeros que han adherido a la fracción pública del PO)




Viva el Partido Obrero, Viva el XXVI Congreso

[ Publicación Nº 25]
[Por: Sebastián Rodríguez, 30 junio 2019]
[Tomado de su página en Facebook.]

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No es mi costumbre debatir por redes sociales. No es el ámbito adecuado. Sin embargo, me veo impelido a escribir y dejar en claro mi posición frente a la catarata de infamias y ataques en curso al Partido Obrero, con una violencia nunca antes vista ni imaginada, para deleite de la burguesía y la burocracia sindical. 
Altamira y su grupo hoy publicaron un texto donde afirman que la dirección del PO intenta “romper con los principios de la democracia obrera del partido”. Curiosa aseveración de quienes desconocen a la dirección misma del partido y, en todos sus términos, el XXVI Congreso partidario realizado hace apenas un par de meses y del cual participaron plenamente. Altamira, Ramal y cía presentaron documentos propios que fueron debatidos durante todo el período precongresal por la totalidad de la militancia partidaria y puestos a consideración de los delegados durante la realización del congreso. Sus posiciones fueron rechazadas por amplia mayoría. En última instancia, esto no significa que no sean caracterizaciones correctas (personalmente las considero erradas, aunque muchas veces los bandazos de sus posiciones dificultan saber bien cual es el planteo definitivo sobre determinado tema), solo que no fueron adoptadas por el conjunto del partido ...ese es el punto: ¿“Democracia obrera” cuando ganan mis posiciones o “democracia obrera” como método de construcción política? ¿”Democracia obrera” o “democracia” a secas, formal, burguesa? (O sea, invocar la “democracia obrera” para desconocer el centralismo democrático en nombre de los “derechos democráticos individuales, pequeñoburgueses” ajenos al método de construcción de un partido revolucionario) No creo necesario aclarar que el principio básico elemental de la “democracia obrera” es discutir todo y acatar las resoluciones de la mayoría. Es lo que los trabajadores de Morvillo aprendimos y defendemos a muerte hace casi 20 años en la fábrica, en nuestra lucha diaria contra la patronal, el estado y la burocracia sindical. En una huelga es muy común escuchar a la patronal alardear sobre los “derechos democráticos” a la hora de defender el derecho indivicual del carnero, por ejemplo. A eso le oponemos el centralismo democrático de la asamblea de fábrica, la democracia obrera. Ese es el espíritu que debemos defender como régimen interno de un partido revolucionario, la contundencia de un solo puño.
Centralismo Democrático ...algo que el grupo en cuestión se ha empecinado en desconocer hasta la fecha. Para el que tenga alguna duda al respecto lo invito a leer u observar las publicaciones o declaraciones públicas de algunos de los firmantes. En lo que considero un paroxismo de lo absurdo, para este grupo no sería “romper con los principios de la democracia obrera” desconocer las decisiones de los organismos partidarios. No solo las resoluciones del congreso, hay que sumarle la convocatoria a la Comisión de Control que nunca cumplieron, o el llamado a integrar el equipo de prensa obrera o las comisiones del CC. Por otro lado, pero a la par (no se puede tomar como algo ajeno a la actividad del grupo) está el ataque constante, artero y vil, a través de las redes sociales. Una clara muestra de una tendencia a la descomposición personal y política de todo un sector del grupo en cuestión que involucra a quienes eran militantes plenos y a elementos ajenos a la organización, algunos de ellos separados o expulsados del partido por conductas graves de violencia y/o ataques sexuales. Punteros, burócratas, stalinistas, y una cantidad importante de adjetivos son usados para atacar las resoluciones del congreso partidario por los mismos que manifiestan la intención de llevar adelante un debate fraternal y hablan en nombre de la “democracia obrera”. En una asamblea de fábrica o de gremio todos sabemos como terminaría una intervención de este tipo. La vida fabril educa mucho sobre cuales son los métodos mas apropiados para que el debate progrese en términos revolucionarios, o sea de construcción política. Las redes sociales es un lugar donde todo debate pierde rigurosidad y seriedad, ideal para el petardismo irresponsable.
El planteo de fondo del grupo en cuestión no es constituirse en fracción ni mucho menos. Su idea está expresada claramente en sus textos. El objetivo es funcionar como un partido dentro del PO. Un absurdo total. ¡Que la militancia del PO financie a la nueva organización! Inaceptable. Es la estación final de un grupo que se ha colocado por fuera de todos los organismos partidarios. Para justificar esto, ello se fuerza la idea de una adaptación al régimen burgues y un supuesto electoralismo de la nueva dirección partidaria. Acusan de no llevar “consignas de poder” a la campaña electoral (la “asamblea constituyente” vendría a ser eso, aunque decidieron bajarla ahora). Les recuerdo que en la campaña electoral del 2000 la “consigna de poder” era “Aprovechemos el cimbronazo para conquistar una bancada obrera”. ¿Que dirían hoy los firmantes del documento de aquella consigna? Tampoco me imagino que le dirían a Lenin cuando levantó “abajo los 10 ministros capitalistas” en plena situación revolucionaria.
En fin, no se agota con estos temas el problema. Tiene muchas aristas. Las diferencias políticas ocupan muchas carillas de debate escrito. Pero ese no es el punto. El partido garantiza el mas franco debate a toda la militancia. Lo que está en juego es la defensa del Partido Obrero como construcción colectiva y como herramienta revolucionaria de la clase obrera frente a los planteos pequeñoburgueses alineados tras lealtades personales.
Que viva el Partido Obrero
Que viva el XXVI Congreso del PO

Sebastián Rodriguez 30/06/19

sábado, 29 de junio de 2019

Altamira y su grupo rompen con el Partido Obrero

[ Publicación Nº 24]
[Por: CC del PO, 29 junio 2019]
[Tomado del sitio web www.po.org.ar ]

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  1. El Comité Nacional del Partido Obrero considera que el grupo dirigido por Altamira ha resuelto romper con el Partido Obrero para formar su propia organización. Es lo que se desprende de las resoluciones votadas en una “asamblea de militantes”, no anunciada a los organismos partidarios. En ese evento Altamira y su grupo han resuelto dar un paso fraccional final y sin retorno, resolviendo que actuarán de modo público con sus propias posiciones, dividiendo la unidad de acción del Partido, que es la clave del centralismo democrático que funda los estatutos de los partidos revolucionarios.
  2. Entre las resoluciones rupturistas aprobadas se destaca el punto 6, donde señalan “apoyar al FIT-Unidad. Desarrollar una campaña de charlas y difusión sobre la base de la caracterización de conjunto expresada en nuestros documentos y la defensa del Programa de la CRCI y del Partido Obrero, votado en Buenos Aires en abril de 2004”. Queda claro por lo tanto que la campaña electoral que piensan desarrollar no será con los materiales centrales del Partido y las resoluciones votadas por el XXVI Congreso y las que adopten los organismos partidarios, sino con sus propias posiciones. Estamos ante una declaración de ruptura de la unidad de acción del partido alevosa, en una actividad pública central en esta etapa como es la campaña electoral, que supone una concentración de fuerzas y de movilización política de toda la organización y su periferia.  Con esto, Altamira y su grupo resolvieron hacer campaña electoral con las consignas de “fuera Macri”, lo que fue rechazado de modo categórico por el Congreso del PO, dado que nos colocaba en el campo del voto al pejotismo-kirchnerismo. Y también anuncian un boicot a las actividades del Partido, resolviendo por su cuenta una “campaña de charlas y difusión” propias, al margen por completo del cronograma de actividades centrales que resuelva la dirección del partido y los organismos encargados de diseñar y llevar adelante la campaña electoral. De estas líneas se deduce que renuncian a la lucha por el voto entre las masas en general y con los materiales del partido, en particular. Este boicot ya está en marcha, como ha sido denunciado por Daniel Sierra en todo lo referido a la acción en el movimiento obrero (B N…). El próximo paso será militar en los frentes sindicales, barriales, estudiantiles con su propia orientación, aún cuando la misma sea divergente con la fijada por el PO y sus agrupaciones. Un paso en esa dirección ya se dio en la AGD-UBA, donde personas referenciadas en esta fracción atacaron públicamente a la dirección clasista del sindicato integrada por militantes del PO. Eso es constituir otro partido y no una fracción interna.
  3. Denunciamos que la invocación al programa del Partido Obrero y la CRCI que realiza el grupo de Altamira es una coartada para justificar su política rupturista. El programa se materializa en las resoluciones, consignas y actividades resueltas por los organismos del partido, que ellos han resuelto desconocer, comenzando por el Congreso del Partido Obrero y la dirección votada en el mismo. Por fuera de ello, el programa se transforma en una abstracción, o peor aún, en un ardid para justificar la usurpación del Partido Obrero y la CRCI.
  4. A la luz de lo expuesto queda claro que la “fracción pública” que Altamira y su grupo han autoproclamado no tiene que ver con una decisión de cesar su acción intrigante para pasar a librar una lucha política leal dentro del Partido Obrero, sino que pretende ser un partido formalmente entro del partido (pero realmente fuera del mismo), algo que violenta del modo más elemental la unidad de acción de una organización revolucionaria. El centralismo democrático implica el mayor debate interno y la unidad de acción hacia fuera. Nuestro partido ha dado muestras de una vital democracia interna, realizando congresos anuales en forma sistemática, conferencias electorales y de organización, congresos de la UJS, del Polo Obrero, PDT y de la Coordinadora Sindical Clasista. En todos los casos se han votado resoluciones y votados democráticamente los organismos de dirección. De hecho el PO acaba de concluir su XXVI Congreso, que fue preparado con 17 BIs Congresales, con centenares de documentos publicados durante más de tres meses y con una conferencia electoral realizada en el mes de marzo. Esta democracia partidaria va de la mano de la unidad de acción del Partido para llevar adelante las resoluciones votadas. El grupo de Altamira, luego de haber sido derrotado en todos estos eventos, ha resuelto desconocerlos y actuar como un partido propio dirigiéndose hacia el exterior de la organización con las posiciones que fueron rechazadas en el debate. Semejante hecho nada tiene que ver con el derecho a tendencia o fracción que figura en nuestro Estatuto, pues en todos los casos debe preservarse la unidad de acción del partido. Detrás de la declaración de “fracción pública” se esconde la decisión de fundar una nueva organización basada en ‘principios’ caprichosos y facciosos, que responde al personalismo –hoy abiertamente negativo y liquidacionista- de Altamira.
  5. En un hecho inédito el grupo de Altamira reclama que este partido propio que han resuelto fundar sea financiado por el Partido Obrero. Rechazamos este absurdo puesto que las finanzas del Partido Obrero sostienen la Prensa Obrera, nuestro portal on line, los locales, etc. No son las finanzas de una fracción sino de todo el Partido Obrero. El pedido del grupo de Altamira deja claro que su intención es editar sus propios materiales (como ya lo viene haciendo Altamira y otros por internet) y armar actividades por fuera de todo plan de conjunto, incluso como ya lo vienen haciendo, para denunciar desde afuera al Partido Obrero, rompiendo el frente de unidad de clase. Denunciamos que mucho antes de hacer este pedido, el grupo de Altamira viene desviando sus cotizaciones para financiar un trabajo clandestino al interior de la organización.
  6. Denunciamos que Altamira y su grupo han resuelto desconocer las decisiones de los organismos del partido, como ser el llamado de la Comisión de Control para que expliquen su actividad fraccional, ahora evidenciada, o el llamado integrador del Comité Nacional a participar de los organismos partidarios y colaborar con la prensa y con las comisiones del CC, y canalizar el debate a través del Boletín Interno como corresponde y no ventilándolo por las redes o a través de plataformas ajenas al partido, como ha ocurrido con este documento y tantos otros, e impulsar en términos militantes la orientación y las iniciativas y decisiones adoptadas por el Congreso y de la dirección electa, defendiendo el frente único en todos los ámbitos de militancia y cesar con el desvío de las cotizaciones para un trabajo clandestino. En los hechos desconocen el XXVI Congreso. La insistencia en esta orientación rupturista muestra el carácter pequeñoburgués del grupo, que ha priorizado una acción de secta por encima del Partido y más en general, despreciando que la ruptura del Partido Obrero es un enorme golpe contra la clase obrera.
  7. Ante la ruptura declarada de Altamira y su grupo, el Comité Central adoptará todas las medidas necesarias para defender la integralidad del Partido Obrero, el frente único de clase y la unidad de acción que corresponde a un partido revolucionario, asegurar el funcionamiento de nuestra organización y preservar su patrimonio político, material, económico y legal, haciendo uso de los derechos y cumpliendo con todas las obligaciones fijadas en el Estatuto del PO.
  8. Hacemos un llamado a la militancia que ha firmado la declaración de Altamira y su grupo a que reflexione. No está planteado un debate político en el marco del centralismo democrático, sino un trabajo liquidacionista de este gran Partido que hemos construido entre todos.
CC 29/06/19

jueves, 27 de junio de 2019

Resoluciones de la asamblea de militantes del PO realizada el 23 de junio [2019]

[ Publicación Nº 23 ]
[Por: Marcelo Ramal, 21 mayo 2019]
[Tomado del sitio web www.po.org.ar ]

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1. Aprobación del documento “Porqué una fracción pública del PO”, con la incorporación, en el punto referido al Frente de Izquierda, de la caracterización del FIT-Unidad.  Al  pie del documento, se incorporan las firmas de los compañeros del Partido Obrero presentes en la asamblea de constitución de la fracción pública y los miembros del partido que han adherido con posterioridad.

2.-Por la discusión del documento en todos los círculos del PO, con la presencia de representantes de la fracción pública.  Por el reconocimiento de la fracción pública, con todos los derechos planteados en nuestro documento. Por la asignación de una partida presupuestaria para sostener la actividad de la fracción. 

3. Nos declaramos  fracción pública internacional de la CRCI con carácter pleno. En ese marco,  aprobamos que dos compañeros de la fracción concurran a la reunión  convocada por el EEK, a la actual dirección del PO y a  nuestra fracción pública, prevista para fines de julio. El traslado y la permanencia de nuestra delegación debe ser costeado por nuestro partido.

4.  Denunciamos la  separación no declarada de Altamira, Ferro y Ramal, mediante el rechazo de su incorporación a los círculos barriales respectivos.  Que sean reincorporados de inmediato  a la actividad partidaria, tal como ellos lo solicitaron.

5.-Reiterar el reclamo de la formación de un Tribunal de la CRCI para investigar la acción de espionaje perpetrada en las vísperas del Congreso partidario contra Ramal; declararla incompatible con los métodos de construcción del partido y de la Internacional; separar del partido y de la CRCI a los responsables de este fisgoneo anti-revolucionario. Denunciamos la defensa política de esta práctica por parte de la dirección del Partido en documentos enviados a partidos de la CRCI, lo cual la convierte en un método político inadmisible.

6.-Apoyar al FIT-Unidad. Desarrollar una campaña de charlas y difusión sobre la base de la caracterización de conjunto expresada en nuestros documentos y la defensa del Programa de la CRCI y del Partido Obrero, votado en Buenos Aires en abril de 2004.

7.- Que se presente la lista de todos los militantes sancionados o separados del partido al margen del Comité Nacional en los últimos tres años.  
Votado por unanimidad en la Asamblea de militantes del Partido Obrero, realizada en Buenos Aires el 23 de junio de 2019.


M.R. 27/06/19

[ Tomado de: https://po.org.ar/comunicados/2396-altamira-y-su-grupo-rompen-con-el-partido-obrero ]