domingo, 30 de junio de 2019

Viva el Partido Obrero, Viva el XXVI Congreso

[ Publicación Nº 25]
[Por: Sebastián Rodríguez, 30 junio 2019]
[Tomado de su página en Facebook.]

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No es mi costumbre debatir por redes sociales. No es el ámbito adecuado. Sin embargo, me veo impelido a escribir y dejar en claro mi posición frente a la catarata de infamias y ataques en curso al Partido Obrero, con una violencia nunca antes vista ni imaginada, para deleite de la burguesía y la burocracia sindical. 
Altamira y su grupo hoy publicaron un texto donde afirman que la dirección del PO intenta “romper con los principios de la democracia obrera del partido”. Curiosa aseveración de quienes desconocen a la dirección misma del partido y, en todos sus términos, el XXVI Congreso partidario realizado hace apenas un par de meses y del cual participaron plenamente. Altamira, Ramal y cía presentaron documentos propios que fueron debatidos durante todo el período precongresal por la totalidad de la militancia partidaria y puestos a consideración de los delegados durante la realización del congreso. Sus posiciones fueron rechazadas por amplia mayoría. En última instancia, esto no significa que no sean caracterizaciones correctas (personalmente las considero erradas, aunque muchas veces los bandazos de sus posiciones dificultan saber bien cual es el planteo definitivo sobre determinado tema), solo que no fueron adoptadas por el conjunto del partido ...ese es el punto: ¿“Democracia obrera” cuando ganan mis posiciones o “democracia obrera” como método de construcción política? ¿”Democracia obrera” o “democracia” a secas, formal, burguesa? (O sea, invocar la “democracia obrera” para desconocer el centralismo democrático en nombre de los “derechos democráticos individuales, pequeñoburgueses” ajenos al método de construcción de un partido revolucionario) No creo necesario aclarar que el principio básico elemental de la “democracia obrera” es discutir todo y acatar las resoluciones de la mayoría. Es lo que los trabajadores de Morvillo aprendimos y defendemos a muerte hace casi 20 años en la fábrica, en nuestra lucha diaria contra la patronal, el estado y la burocracia sindical. En una huelga es muy común escuchar a la patronal alardear sobre los “derechos democráticos” a la hora de defender el derecho indivicual del carnero, por ejemplo. A eso le oponemos el centralismo democrático de la asamblea de fábrica, la democracia obrera. Ese es el espíritu que debemos defender como régimen interno de un partido revolucionario, la contundencia de un solo puño.
Centralismo Democrático ...algo que el grupo en cuestión se ha empecinado en desconocer hasta la fecha. Para el que tenga alguna duda al respecto lo invito a leer u observar las publicaciones o declaraciones públicas de algunos de los firmantes. En lo que considero un paroxismo de lo absurdo, para este grupo no sería “romper con los principios de la democracia obrera” desconocer las decisiones de los organismos partidarios. No solo las resoluciones del congreso, hay que sumarle la convocatoria a la Comisión de Control que nunca cumplieron, o el llamado a integrar el equipo de prensa obrera o las comisiones del CC. Por otro lado, pero a la par (no se puede tomar como algo ajeno a la actividad del grupo) está el ataque constante, artero y vil, a través de las redes sociales. Una clara muestra de una tendencia a la descomposición personal y política de todo un sector del grupo en cuestión que involucra a quienes eran militantes plenos y a elementos ajenos a la organización, algunos de ellos separados o expulsados del partido por conductas graves de violencia y/o ataques sexuales. Punteros, burócratas, stalinistas, y una cantidad importante de adjetivos son usados para atacar las resoluciones del congreso partidario por los mismos que manifiestan la intención de llevar adelante un debate fraternal y hablan en nombre de la “democracia obrera”. En una asamblea de fábrica o de gremio todos sabemos como terminaría una intervención de este tipo. La vida fabril educa mucho sobre cuales son los métodos mas apropiados para que el debate progrese en términos revolucionarios, o sea de construcción política. Las redes sociales es un lugar donde todo debate pierde rigurosidad y seriedad, ideal para el petardismo irresponsable.
El planteo de fondo del grupo en cuestión no es constituirse en fracción ni mucho menos. Su idea está expresada claramente en sus textos. El objetivo es funcionar como un partido dentro del PO. Un absurdo total. ¡Que la militancia del PO financie a la nueva organización! Inaceptable. Es la estación final de un grupo que se ha colocado por fuera de todos los organismos partidarios. Para justificar esto, ello se fuerza la idea de una adaptación al régimen burgues y un supuesto electoralismo de la nueva dirección partidaria. Acusan de no llevar “consignas de poder” a la campaña electoral (la “asamblea constituyente” vendría a ser eso, aunque decidieron bajarla ahora). Les recuerdo que en la campaña electoral del 2000 la “consigna de poder” era “Aprovechemos el cimbronazo para conquistar una bancada obrera”. ¿Que dirían hoy los firmantes del documento de aquella consigna? Tampoco me imagino que le dirían a Lenin cuando levantó “abajo los 10 ministros capitalistas” en plena situación revolucionaria.
En fin, no se agota con estos temas el problema. Tiene muchas aristas. Las diferencias políticas ocupan muchas carillas de debate escrito. Pero ese no es el punto. El partido garantiza el mas franco debate a toda la militancia. Lo que está en juego es la defensa del Partido Obrero como construcción colectiva y como herramienta revolucionaria de la clase obrera frente a los planteos pequeñoburgueses alineados tras lealtades personales.
Que viva el Partido Obrero
Que viva el XXVI Congreso del PO

Sebastián Rodriguez 30/06/19