lunes, 27 de mayo de 2019

El “sueño eterno” de la revolución: en 1969 “la lucha de clases iba al volante”, ¿y ahora?

[ Publicación Nº 12 ]
[Por: Norberto Flexer, Malaj, 27 mayo 2019]
[Difundido en las redes por el autor.]

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(A propósito de un artículo del PTS en el aniversario del Cordobazo)




            El Frente de Izquierda y los Trabajadores ha desaprovechado, lamentablemente, la oportunidad del 50 aniversario del Cordobazo para impulsar no solo una monumental campaña identificándose con las banderas de la clase obrera que lo protagonizó y en defensa de su vigencia.
Aunque el Partido Obrero y el PTS tomaron aisladamente iniciativas de escasa envergadura para su conmemoración, sorprenden notablemente dos hechos:

a)                 • la marcada tendencia en las direcciones de ambas organizaciones rectoras del FIT a negar que estemos en las vísperas de una nueva rebelión popular. Más bien sostienen todo lo contrario. El PTS lo dice a los cuatro vientos. Hoy dominaría en el escenario nacional un “anticordobazo” (textual), un retroceso monumental de la conciencia de las masas. No se puede dudar en caracterizar los ataques del capital contra los explotados de retroceso histórico en las condiciones de vida (de paso sea dicho este ataque es hoy infinitamente mayor que el de 50 años atrás). Pero desprender de aquí que lo que ha retrocedido es la conciencia de las masas hay un largo trecho. Como si ésta operara en el vacío y no fuera resultado de una multitud de factores. En último término, la ´cantera´ que la alimenta siempre, según el socialismo científico, es la agudización de la polarización social –la conciencia es determinada siempre por la existencia. La regresión política de la izquierda opera cuando se invierten los términos de esa ecuación. Néstor Pitrola cae en eso cuando afirma que “El cuadro histórico hoy, a 50 años del Cordobazo, es muy diferente. La iniciativa no ha sido ganada por las masas, no hay un ascenso revolucionario” (introducción al folleto del PO sobre el 50 aniversario del Cordobazo).

b)                 • el ninguneo de la dirección de PO de la explotación (en el mejor sentido del término) de la intervención pública de Jorge Altamira, caudillo de Política Obrera (hoy Partido Obrero), en las jornadas  por el Cordobazo –probablemente único dirigente histórico vivo en la izquierda de aquellas jornadas. Hasta el 40 aniversario de las conmemoraciones del Cordobazo era norma entre las organizaciones que se reclaman de izquierda hacer grandes conmemoraciones e invitar a transmitir su experiencia a Gregorio Flores, Christian Rath, al Negro Páez (todos estos lamentablemente fallecidos) o a Altamira –orientador indiscutido de la política que llevó a Política Obrera, pequeña organización nacida en 1964, a transformarse en poco tiempo en una fuerza política determinante en aquel período y hasta 1976 [1]. A sortear, después, los embates de la dictadura y elevarse luego de una larga lucha, en la principal fuerza política de la izquierda, superando los desbarranques del Frente del Pueblo Izquierda Unida que llevaron al desastre al PC y al morenismo.

En el último número del semanario Ideas de Izquierda, que puede leerse en La Izquierda Diario acaba de publicarse ahora un texto de Eduardo Castilla, titulado “La revolución no es un sueño eterno: a 50 años del Cordobazo”. Apelando al  título de un clásico de la literatura nacional del reconocido Andrés Rivera –éste imagina la resistencia de Juan José Castelli en su agonía frente a los carceleros del Triunvirato ´patrio´– ¿qué nos depara el texto de Castilla? ¿Quiere decirnos acaso que al Cordobazo le valió igual suerte que el “sueño” irrealizado del líder jacobino de Mayo? Esta fue la caracterización oficial sobre el Cordobazo, de historiadores del PTS, canonizada ya hace muchos años: “el poder simbólico de la derrota histórica impresa por la dictadura militar se quebró en la conciencia de las grandes masas”  (ver Ruth Werner y Facundo Aguirre, Insurgencia Obrera en la Argentina 1969-76, CEIP, ediciones varias).

                                   Travestismo ´marxista´

Castilla parece (o simula ser) un hombre versado en literatura; así cita también a Piglia. En el primer párrafo de su artículo nos recuerda Los casos del comisario Croce: “Hay que pensar el problema -dijo el historiador- en otra escala, ver la batalla como un torbellino y aislar un momento y detenerse allí”. ¿Le sirve esto para aportarnos algo? En el “mayo cordobés” de 1969, dice así en el primer párrafo el sesudo autor: “La lucha de clases iba al volante”. ¿Desde cuándo para un marxista “la lucha de clases” un día va al volante, otro en el asiento de atrás, mañana en el baúl? ¿O quiso expresar nuestro filósofo de ocasión la verdad de Perogrullo de que la lucha de clases un día va para adelante y otro para atrás? ¿Cuánto hace que Marx dijo aquello de que la lucha de clases está en la base de la sociedad escindida en clases antagónicas? Castilla comienza por decir una idiotez al cuadrado; lucha de clases hay siempre, la hay incluso bajo el fascismo. La burguesía ni nadie pueden anular la lucha de clases, es la esencia del metabolismo social bajo el capitalismo y bajo toda sociedad dividida en clases. “La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases” –Marx dixit. Elemental Watson.
¡Todo un artículo de conmemoración del Cordobazo para decir huevadas del mismo tenor, una y otra vez!
Veamos sólo las más relevantes:
“Todas las alas de la dirigencia sindical, más allá de sus discrepancias, convocaron a aquella medida de fuerza. El paro encontraría unidos al combativo sindicato de Luz y Fuerza y a la conservadora UOM, pasando por una gama de grises que incluía a la UTA, el SMATA y la CGT toda”. Pobre vanguardia obrera de nuestros días si tiene ´maestros´ así (¡y hablan en nombre del trotskismo!). La UOM de Simó desertó al mediodía del 29, ni remotamente quería que los metalúrgicos convergieran con los aguerridos mecánicos. La burocracia sindical, en general, salió espantada del Cordobazo. El protagonismo de la clase obrera dio lugar al fenómeno del “clasismo”, todas las burocracias grises y no tan grises van a enfrentar este fenómeno y actuar para impedir que el “luche, luche, y luche no deje de luchar, por un gobierno obrero, un gobierno obrero y popular” se haga realidad. Pero no solo eso: el Cordobazo se puso en pie no solo contra la burocracia sindical, se hizo tras el apoyo sin precedentes que todas las alas de la burguesía habían dado al golpe de Onganía. La clase obrera se alzaba contra eso sin que el peronismo tuviera nada que ver con la resistencia popular (por esto no hubo en el Cordobazo el menor asomo de consignas por el “retorno” ni de “Perón vuelve”. Todas las alas del peronismo habían apoyado a Onganía. Perón el primero con el famoso “desensillar hasta que aclare”.
# “Aquellas jornadas constituyeron una verdadera semi-insurrección de masas. Un enorme levantamiento popular cuyos límites radicaron en la falta de objetivos claros, la debilidad del armamento y en la ausencia de una dirección que, conscientemente, se propusiera el triunfo”. Lo único claro aquí es la in-escrupulosidad de Castilla y el PTS. Es el planteo de un charlatán que no sabe de qué habla y fantasea. Puesto a filosofar Castillo va más lejos: “Los ´imponderables´ constituyen el corazón del hecho insurreccional que fue el Cordobazo”. Castilla, igual que el morenismo en el pasado, coquetea con el foquismo, cuya incidencia en el Cordobazo fue nula de total nulidad. Al Cordobazo lo abonó la rebelión popular, no los grupos foquistas que apostaban a cualquier cosa menos a una “semi-insurrección de masas”. Lo de “la debilidad del armamento” es propio de un irresponsable, de un completo ignorante y charlatán. Los problemas que planteó el Cordobazo son de orden político: la lucha por la independencia política de los trabajadores. No es esto lo que dice Castilla, para quien sólo había una “ausencia de dirección” y sólo se trataba de que alguien “se propusiera el triunfo”. Mesianismo puro. Por esto el disparate de los “imponderables”. ¡El hombre no sabe para dónde disparar!
            ¡Todo esto se lee en un periódico que se reclama marxista y lo dice una organización que encabeza el principal Frente político que se reclama de izquierda en Argentina!

                        Una vez más el viejo plato recalentado de Moreno

 

            El PTS es incapaz de hacer el menor aporte original a la historia del movimiento obrero. Es una máquina de repetir gansadas, la mayoría sacadas del arsenal de Nahuel Moreno. El PTS lo venera regular y vergonzosamente toda vez que puede (para la gilada se esgrimen “superadores del morenismo”). Más aún, agrava lo que siempre fue característico de Moreno: decir una cosa y la contraria a la vez.

            El gran drama de la izquierda de los ´70 es que no supo ni pudo hacer frente al engaño de Perón, la gran arma de la burguesía contra el movimiento obrero en las condiciones del ascenso revolucionario que inauguró el Cordobazo. Castilla parece repetir lo que hoy dice casi todo el mundo académico, anquilosado, acerca de “Cómo el Cordobazo le abrió el camino de regreso al peronismo”, tesis de moda que con ese título publicaron, el domingo pasado, Santiago S. González y Fabián Bosoer, en Perfil).

            La izquierda, con excepción de Política Obrera, sostuvo la tesis no de que Perón retornaba para terminar con el Cordobazo y el ascenso que éste inició, sino como “prenda de unidad” del movimiento obrero y hasta para servir a la “liberación nacional”. Castilla le da vueltas al asunto pero nunca dice que Perón vino a cumplir ese rol: juega a las escondidas. “El viejo líder volverá al país en 1973 para lidiar con los demonios desatados cuatro años antes”. ¿Qué son los demonios, Castilla? Estamos en el mundo de los creyentes que recurren a los demonios para esconder la realidad terrenal? “A los engaños se sumó la saña. En la primera de estas categorías entra el retorno del líder exiliado. En la segunda habrá que apuntar el encadenamiento entre la Masacre de Trelew, la Triple A, el Navarrazo y el golpe genocida de marzo de 1976”. El modo de expresarse de Castilla es un completo escamoteo de la verdad. Entre los “engaños” y la “saña” hubo un hilo conductor común. Perón, hasta la masacre de Trelew inclusive, coqueteó con sus “formaciones especiales” (Montoneros, Far, etc.). Luego bajo su mismo timón se pusieron en pie la triple A y el navarrazo. Toda la burguesía lo apoyó, igual que el “Pacto Social”, para lo cual primero se precisaba de la colaboración de la “juventud maravillosa” a la que no dudó luego de calificar de “imberbe” y mandar al genocidio. Bajo esa concepción sibilina/escamoteadora el PC y el PST morenista apoyaron primero la “institucionalización” del Gran Acuerdo Nacional y luego se sumaron al “bloque de los 8” que sometía a esos partidos a la defensa del “orden”. Castilla no dice una palabra de todo esto. Cuando tras el Rodrigazo y la gran huelga general de junio-julio la burguesía advierte que el gobierno de Isabelita no va más, se deshace de él como limón exprimido. ¿Qué dijo el PST? Primero no previó el golpe (el morenismo llegó casi a marzo de 1976 especulando con chances electorales); luego calificó a la dictadura genocida de “dictablanda” (sic).

                                               Conclusiones

 

            El Cordobazo fue mucho más que un “sueño”. Fue una realidad revolucionaria que nuestra clase obrera palpitó como fruto de su maduración política y de las contradicciones insalvables de un capitalismo en completa bancarrota. A pesar de las derrotas, sin embargo, esas contradicciones son más insalvables en el presente que nunca antes. Es un fenómeno de alcance mundial. Nuestra clase obrera retomará el camino del Cordobazo más rápido de lo que muchos creen. Solo la imprudencia de los charlatanes puede retrasarlo, pero no por mucho tiempo.


Los devaneos de aquellos que no saben mirar más que “retrocesos” de nuestra clase obrera y descreen de futuros Cordobazos y Argentinazos tienen que ser rebatidos con toda energía.

 


                                                  Norberto Flexer, Malaj – 27-5-2019




[1] Cuando este texto se escribía el PO ´oficial´, que no había previsto conmemoración alguna en la Capital Federal, lanzó a las apuradas un acto para el jueves 30 en el salón Unione e Benevolenza. ¿Acaso para opacar la Mesa Redonda anunciada días antes para el sábado 1ro. a las 15 hs., en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, con Altamira y otros destacados participantes?


[Difundido por el autor en las redes.]

domingo, 26 de mayo de 2019

La revolución no es un sueño eterno: a 50 años del Cordobazo

[ Publicación Nº 11 ]
[Por: Eduardo Castilla, 26 mayo 2019]
[Tomado de La Izquierda Diario.]

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“Hay que pensar el problema -dijo el historiador-
en otra escala, ver la batalla como un torbellino y
aislar un momento y detenerse allí”
(Los casos del comisario Croce, Ricardo Piglia)

Aquel jueves 29 de mayo salió a la calle el N.° 220 de Eléctrum, el semanario del sindicato de Luz y Fuerza. Bajo un enorme título que rezaba “Cumplir todos el PARO GENERAL”, se leía

Con alta conciencia sindical y firme determinación la Clase Obrera de todo el país vivirá una extraordinaria jornada de lucha asumiendo la defensa de sus derechos y expresando su repudio a la dictadura. EL PUEBLO TRIUNFARÁ [1].

En las horas siguientes la ciudad se poblaría de barricadas. El carácter extraordinario de la jornada quedaría a la vista. El Mayo cordobés retumbó a escala internacional. La historia argentina daba otro de sus giros. La lucha de clases iba al volante.

[Tomado de La Izquierda Diario.]

miércoles, 22 de mayo de 2019

Sigue el debate en la izquierda: Otra vez a propósito de las elecciones de Córdoba

[ Publicación Nº 10 ]
[Por: Javier Musso, 22 mayo 2019]
[Tomado de La Izquierda Diario.]

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Luego de que Cristina Fernández haya anunciado la fórmula presidencial para las próximas elecciones, retomamos la polémica con Jorge Altamira sobre las elecciones de Córdoba (y que continúa Marcelo Ramal), que también tienen algo para decir sobre las novedades nacionales.

Bajo una gran cantidad de palabras con referencias al socialismo y a la revolución, el referente histórico del PO, Jorge Altamira, continúa una polémica respecto de los resultados electorales del FIT en Córdoba. Ramal se suma respondiendo a un posteo de Guillo Pistonesi. Ambas respuestas evitan hacer un balance concreto y quieren correr el eje, pero ambas respuestas muestra principalmente dos cuestiones, a saber: por un lado, la gran subestimación de la importancia de la lucha de clases como base de los fenómenos políticos, y por el otro una ubicación de los experimentados dirigentes temerariamente cercana a ser el ala izquierda del frente único “Anti Macri” que impulsa el kirchnerismo, hoy encabezado por la candidatura presidencial de Alberto Fernández.

Como saben los lectores de La Izquierda Diario, los referentes del PO desarrollan, a propósito de los resultados electorales en Córdoba, un debate a dos bandas, con un sector de su propio partido y con nosotros, el PTS. (...)



[Tomado de La Izquierda Diario.]

martes, 21 de mayo de 2019

[Respuesta de Guillo Pistonesi a Marcelo Ramal]

[Por: Guillo Pistonesi, 21 mayo 2019]
[Publicación Nº 9]
[Tomado de los comentarios en la página de Facebook de Marcelo Ramal.]

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Guillo Pistonesi Es curioso que un dirigente de la talla de Altamira responda a través de otro compañero. Pero bueno, es lo que hay. Tal vez sea porque yo tengo apenas solo 35 años de militancia. Vaya a saber uno.
Como estamos cerrando un acuerdo integral del Frente deIzquierda y preparándonos para ampliar las listas junto a lxs compañerxs del MAS, del MST y otras expresiones de la izquierda anticapitalista, recién pude darle una primer leída a lo que postea el amigo Marcelo.
No estamos de acuerdo. Qué se le va a hacer.
No sé que son esas "tesis anticordobazo" de las que habla, por lo tanto no puedo adherir a ellas. Ni lo contrario.
Menos aún estoy de acuerdo con una afirmación que me achaca que "la crisis de gobierno, régimen político y estado que atraviesa Argentina se habría resuelto, y encima de un modo contrarrevolucionario". De dónde surge eso de lo que escribí el viernes??
. En el PTS pensamos exactamente lo contrario. Hasta puse una cita de lo que planteó Nico del Caño en el acto del 30 de abril, en el que también, según me contaron, estuvo el amigo Ramal.
Por consiguiente no es posible hacer una discusión seria si, repito lo que le dije a Altamira, se mueve todo el tiempo el arco. Es decir, se parte de premisas y afirmaciones que el interlocutor no afirmó, sino todo lo contrario. Lo que se dice, charca.
Sí me gustaría conocer algo que también Marcelo le hace el "ole", al igual que Altamira, y espero aunque sea el "Ramal responde":
1) la lectura de por qué el MST no tuvo ese supuesto "desplome" en votos en Córdoba, sino que apenas bajó unas décimas en relación al 2015.
2) Por qué tanto Ramal como Altamira se niegan a tomar en cuenta la derrota de la histórica huelga de la UTA en Córdoba 2017, y sus consecuencias electorales para la izquierda revolucionaria
3) Por qué en Salta el PO se "desplomó" (utilizando términos de Altamira) del 18.88% a diputado nacional en 2013 al 6.54% en 2015, como Partido Obrero, para luego sacar en 2017 el 7.86% como FIT. ¿"Tendencia revolucionaria de las masas"? mmmmm. Interesante saber cómo actúan los "espacios electorales", a quién se enfrenta, si una elección es ejecutiva o legislativa, el o la candidata que se postule, para no hablar, en un terreno burgués como el electoral, de la lucha de clases y si existe un partido revolucionario con influencia de masas, o no.
Abrazo


[Guillo Pistonesi, 21 de mayo 2019]

PTS insiste con un "balance derrotista" de las elecciones en Córdoba

[ Publicación Nº 8 ]
[Por: Marcelo Ramal, 21 mayo 2019]
[Tomado de su página en Facebook.]

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Las elucubraciones de Pistonesi

Es curioso el modo que elige el dirigente del PTS Guillo Pistonesi para abordar la cuestión de las elecciones de Córdoba, cuando quiere polemizar con el balance que publicó Jorge Altamira. Pistonesi afirma que “Sin lucha de clases y sin partido, las crisis son resueltas en forma reaccionaria”. Recuerda luego ¡a Bolsonaro!, y agrega que, la “pasivización (sic) de la masas, permite el ascenso de demagogos de toda calaña”. 
Pistonesi adhiere así, sin mencionarlo, a la tesis del ‘anti-cordobazo’, que significaría que la crisis de gobierno, régimen político y estado que atraviesa Argentina se habría resuelto, y encima de un modo contrarrevolucionario. Apenas una semana después de la victoria de Schiaretti, la crisis dio otra vuelta de tuerca con la pirueta de Alberto-Cristina, mientras los conflictos y las luchas prosiguen, en forma dispersa pero constante, en todo el país. En Argentina no se ha “resuelto” ninguna crisis, e incluso lo mejor está por venir. Los bloques patronales se arman y desarman con sorprendente velocidad. ¿Quién se acuerda hoy de los “diez puntos” de Macri? De otro lado, es cierto que, a la larga, es imposible que una crisis de conjunto tenga una salida revolucionara sin un partido obrero cada vez más fuerte, pero esto es precisamente lo que atiende el artículo de Altamira cuando desarrolla la necesidad de un balance de la política del FIT en el curso de los últimos años, y dejarse de macanear con la ‘pasividad’ de las masas cuando decrece la votación para la izquierda.
La autoridad que alcanza un partido o frente revolucionario no se disuelve como en la nieve apenas aparece una coyuntura negativa; la vanguardia de la clase no es tan casquivana, ni tampoco las masas. Cuando eso ocurre hay que investigar la política de ese partido: No se puede repetir como loro que sin partido no hay revolución victoriosa y rechazar cualquier balance sobre, en este caso el FIT, para entender los retrocesos. Las masas “pasivas” han sido parte integral de la crisis política con la movilización del 2x1, las huelgas y marchas de las mujeres y las jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017, varias ocupaciones de empresas y paros generales, sin contar las “rebeliones educativas”. No fue solamente la Bolsa de NY la que golpeó el plan del macrismo, sino por sobre todo la lucha. ¿Qué lucha? “La lucha de clases”. Pistonesi no lo recuerda, pero si entra a su posteo en el face de Jorge, el 24.3.17, encontrará que depositaba su expectativa de un éxito electoral del FIT en la provincia de Buenos Aires en que CFK no se presentara para la senaduría.

Crisis del proceso electoral

Para Pistonesi, las elecciones provinciales son otra expresión de conservadorismo y “pasivización”. Desprecia, por lo tanto, el conjunto de luchas desde el inicio de la gestión macrista y, por otro lado, el inmovilismo del FIT y el faccionalismo que lo atraviesa. El compañero elige sus parámetros. Las elecciones provinciales han expresado un realineamiento de fuerzas constante, en el campo de la burguesía, en comparación al acompañamiento al macrismo en las de medio término de 2017. Que son realineamientos inconclusos lo prueban los giros de último momento de una caterva de gobernadores y, por sobre todo, la acentuación de la crisis del proceso electoral. El intento de CK de saltar la ‘grieta’ parece haber entrado en crisis antes de arrancar, si se juzga por la reacción de los ‘medios hegemónicos’ y los círculos patronales. Veremos. Sea como fuere, cualquier tentativa de salida capitalista al derrumbe económico deberá desatar una mayor hostilidad de los explotados y la posibilidad de situaciones pre-revolucionarias. Tenemos por delante un ‘cordobazo’, no lo contario. Pistonesi (y muchos otros) no han advertido la enorme agitación que envuelve a todas las clases sociales en su conjunto, y que se manifiesta en los campos de la cultura, de la ciencia, la educación. Pistonesi ha sido ganado, por el contrario, a la tesis del “recambio ordenado”. Según su post, el macrismo planifica tranquilamente “un Cambiemos sin macri”, mientras el kirchnerismo y el pejota organizan su variante de “relevo”, etc. Este fatalismo reaccionario no se verifica ni en el Brasil de Bolsonaro, donde las revueltas educativas se combinan con augurios de golpe de estado, a favor y en contra del proto fascista.
En Argentina (y no solamente en Argentina) está en tela de juicio la condición del capital y de sus bloques para pilotear o encaminar este derrumbe, o sea, una cuestión de PODER POLITICO. Para esto no hay ninguna consideración o respuesta en el posteo de Pistonesi. La contradicción entre esa crisis de régimen, por un lado, y la percepción subjetiva de la clase obrera respecto de esa crisis, por el otro, es una constante en la historia de las revoluciones. Pero ese es el punto, justamente, donde intervenimos “nosotros, la izquierda”. Con una agitación política que de cuenta, en primer lugar, del antagonismo de las masas con el gobierno –Fuera Macri-. En segundo lugar, que le oponga, a la unidad nacional de los contubernios capitalistas, una deliberación popular que tome en sus manos las medidas más elementales para una transformación social –Asamblea constituyente soberana y con poder. Pistonesi nos baraja, en cambio, la fórmula del empirismo y la renuncia a elevar la comprensión y la conciencia política de las masas respecto de la crisis en curso. El prefiere las consignas determinadas por el “grado de conciencia actual de las masas”, algo que sólo podría llevarnos a reivindicaciones corporativas, parciales o puramente económicas. Desde que Lenin comparó a los economicistas con la gallina que nunca levanta vuelo, es muy claro que para los marxistas revolucionarios el papel de la agitación y la propaganda es el de LEVANTAR el grado de “conciencia actual”, con los medios adecuados. Con una grosera insistencia, Pistonesi le recuerda a Altamira que las elecciones son “BURGUESAS” (con mayúscula). Lo que nadie ha dicho es que esto justifique que el FIT recuerde su existencia en los períodos electores o que eso nos obligue a una propaganda electoral ramplona, despolitizada o alejada de los problemas estratégicos que plantea la presente crisis.

Carambola salteña

En una verdadera perla de su texto, Guillo caracteriza a la victoria electoral del PO de Salta en 2013 como resultado de una “carambola”, y podríamos alegar lo mismo para Mendoza o, recientemente, para Jujuy. Desde un punto de vista metodológico se prodría decir lo mismo de la Revolución de Octubre o China, “un falso comienzo”, como caracterizan algunos. La ceguera es enorme, porque en todos los casos se expresa una tendencia revolucionaria de las masas, histórica en los casos grandiosos. Esta conciencia, lejos de disiparse, tiende a reaparecer. Una crisis política integral o una conjunción de circunstancias puntuales, como la división del peronismo o la inexistencia de la UCR (en 2013), tienen el carácter de tendencias, y no pueden ser explicadas por el azar. Incluso el azar, por otra parte, es una expresión de la necesidad. 
Pero ¿A esto se reduce la valoración del lugar alcanzado por la izquierda revolucionaria en la Argentina? Se comprende ahora porqué Pistonesi le pedía a Altamira que no desafiara a Cristina a presentarse en 2017; buscaba otra carambola. El PTS, que tanto reniega del morenismo, se ha comprado una de sus tesis principales, la del conservatismo de la clase obrera, lo cual no le impedirá celebrar el 50 aniversario del cordobazo, con su secuela de rosariazos, tucumanazos o mendozazos. A lo que hay que agregar la huelga general de junio-julio de 1975, las luchas obreras contra la dictadura y el menemismo, el Argentinazo. El desarrollo de la izquierda revolucionaria y del activismo en las empresas y sindicatos entronca con esa historia. El Frente de Izquierda canalizó un intenso proceso de delimitación de una vanguardia obrera y juvenil respecto del nacionalismo que viene de la década pasada: se expresó en luchas obreras, conquistas de direcciones sindicales y estudiantiles, y tuvo su mayor manifestación en el movimiento masivo que terminó con el encarcelamiento y la condena a los asesinos de Mariano Ferreyra. Que Guillo ignore ese proceso político profundo es, en sí mismo, una aguda manifestación de electoralismo; gana el mejor ‘coacheado’.
Es por situar al FIT en el proceso general de la lucha de clases que siempre luchamos por imprimirle un carácter integral, y no restringirlo solamente al plano electoral. Pistonesi nos contesta: el frente único es “la exigencia a las direcciones conciliadoras de la unidad de acción”. El Pts impulsa el frente único con la burocracia, pero rechaza una acción política integral, discusiones mediante, con la izquierda revolucionaria. Luego propone un partido único sin delimitaciones políticas. Esto explicaría su promoción de un frente político con la burocracia de la COB boliviana, de duración efímera, o la tentativa de ingreso en el PSOL brasileño. Para todo lo demás, o sea, para el frente único de las corrientes revolucionarias o del clasismo, el Pts optó por promover un “campo de disputas”, o sea, el escenario de peleas faccionales. Cuando el Perro Santillán declaró en forma pública su apoyo al FIT, iniciamos con su corriente un debate político, a partir de puntos de principios – y por escrito. 

Córdoba, otra vez

Sujeto al corset del electoralismo, Pistonesi dice que “Altamira le atribuye el desplome electoral del FIT de Córdoba a una campaña feminista”. ¡Que forma tan vulgar de malversar una caracterización política! El señalamiento es otro: el FIT interviene en esta campaña electoral en forma improvisada, porque no ha existido como fuerza política única, ni siquiera en las elecciones precedentes. Este es el punto central. Incluso la vanguardia percibe que no capitaliza los progresos alcanzados y que su división se profundiza; no ha suscripto aún “un acuerdo integral” para la campaña actual. Por otro lado, la campaña del FIT en Córdoba no puso su centro en la crisis de régimen y en la cuestión del poder político. La campaña ignoró la cuestión de poder que plantea el desarrollo de la crisis política actual; en este punto el FIT alcanzó un frente único de hecho. La propaganda se ´desplomó ´ hacia las reivindicaciones de carácter corporativo , haciendo uso y abuso de la demagogia feminista. (“Con las mujeres al frente”, “ahora nosotres”). En Santa Fe, el FIT pretendió sortear el piso de las PASO destacando que la “la izquierda tiene que estar”, en una provincia sacudida por una inmensa crisis social y descomposición de todos los aparato estatales. Un Frente de Izquierda de combate habría llegado a las elecciones con toda una trayectoria de penetración política en las masas y con un programa discutido con una fuerte participación del conjunto del activismo. El balance que hacemos no carga la tinta en el episodio electoral sino en la estrategia de cómo se construye un Frente de Izquierda con alcances revolucionarios. 
Pistonesi afirma que Altamira busca “desacreditar al FIT .. en vísperas de una gran batalla político electoral contra los partidos capitalistas”. No vio la campaña de Altamira en los medios por el voto al FIT en Córdoba, difundida y “recomendada” por las redes del Partido Obrero. Lo de Pistonesi es un infundio; Altamira caracterizó el balance del PTS como “derrotista”, porque la autocomplacencia con una derrota sólo puede llevar a otras derrotas. La política de un partido o una coalición de partidos no se “prestigia” ni se “desacredita”, como los jabones y productos de consumo masivo. La política revolucionaria sólo puede progresar sobre la crítica de la actividad propia, en especial cuando hay una crisis política excepcional y “en vísperas” de otras y más importantes batallas. 
[21 mayo 2019]

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[Tomado de la página en Facebook de Marcelo Ramal.]

viernes, 17 de mayo de 2019

Otra respuesta a Altamira

[ Publicación Nº 7 ]
[Por: Guillo Pistonesi, 17 mayo 2019]
[Tomado de su página en Facebook.]

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Guillo Pistonesi
Otra rpta a Altamira

No recuerdo haber dicho lo que el compañero Jorge Altamira me achaca. Pero es raro que el amigo Jorge, que participó encabezando listas como candidato de todas las elecciones nacionales y de la ciudad desde 1985 hasta 2015 (treinta años ininterrumpidos) no sepa que el terreno electoral es un terreno de disputa BURGUÉS, en el que los revolucionarios actuamos utilizándolo como tribuna de agitación. Cuando no hay ascenso de la lucha de los explotados y oprimidos, priman los elementos más conservadores y hasta de (extrema) derecha, como vimos en Brasil, donde el régimen está en una profundísima crisis. Sin mediar la lucha de clases, y sin haber un partido revolucionario con influencia de masas, las crisis de los capitalistas y sus regímenes son resueltas en forma reaccionaria, por derecha.
La pasivisación de las masas permite el ascenso de demagogos de toda calaña. 
Pero también puede haber y existen los "espacios" electorales, que los revolucionarios debemos saber aprovechar con las consignas correctas que determine la situación objetiva y la conciencia actual de las masas, para aumentar nuestra influencia y penetración, disputándoselos en la medida de lo posible a variantes burguesas progresistas, etc. Por ejemplo, el gran ascenso electoral del Partido Obrero en Salta y la conquista de un diputado nacional se dio en 2013 por una suerte "carambola" de los partidos burgueses (división del peronismo, inexistencia del radicalismo, etc) que raramente se vuelva a dar, más allá de la tradición del Po en esa provincia. Sería bueno que en algún momento Jorge explique el "desplome" electoral entre 2013 y 2017 (según sus términos) en "La Linda"
Por otra parte, no es lo mismo el kirhcnerismo en el gobierno, que en la oposición, en un terreno hostil como es el electoral. Verdad de Perogrullo que Altamira quiere obviar.
Despreciar la lucha de clases para dar cuenta del estado actual de la conciencia de las masas, y no tomar en cuenta de que las elecciones son un terreno netamente burgués, es expresión de fiebre electoralista.


Moviendo el arco

"El resultado de una campaña electoral debe evaluarse más allá de los votos", finaliza diciendo este nuevo comentario facebookiano de Altamira. Pero resulta que en su anterior comentario sobre las elecciones cordobesas de hace 72 hora, plantea, como no puede ser de otra manera, que "el desplome" del FIT se expresaba en la merma "de votos" (sic) con respecto al 2015. Pero no solamente hace la comparación "de votos" con respecto a las provinciales de 2015, una elección de la misma naturaleza y características de la que acaba de suceder, provincial, sino también de una elección nacional legisltativa 2013, "olvidando" la de 2017. Pero ahora resulta que hablar de votos y resultados en una elección cuyo recuento se hace en votos, es "una obsesión por el 'electorado'". Es que si JA no movía el arco, debía entonces que explicar por qué el MST no tuvo un "desplome", con una política sí abiertamente adaptada al feminismo tal cual es, en forma desembozada. 
Fue Altamira el que analizó el resultado electoral por "los votos" y los comparó con el MST. Ahora al MST lo borró, no se nombra más. 
Sobre los spots que nuestro compañero, el joven Musso, puso de relieve para mostrar que las críticas al contenido de la campaña no tenían fundamento, ni mú.


Frente único y "haz lo que yo digo, pero..."

El PTS ya dedicó ríos de tinta sobre lo que significa el "frente único" para el marxismo revolucionario. La táctica del frente único obrero (Comintern, 1921), a través de la exigencia a las direcciones conciliadoras de los sindicatos de la unidad de acción para enfrentar los ataques (sintetizada en “golpear junto, marchar separados”) posibilita que los trabajadores que tienen predisposición a luchar y aún confían en ellas realicen una experiencia con estas direcciones. Según Trotsky el frente único consiste en que “el partido comunista muestra en los hechos a las masas y a sus organizaciones que está dispuesto a luchar con ellas incluso por los objetivos más modestos, a condición de que vayan en el sentido del desarrollo histórico del proletariado; el partido comunista tiene en cuenta durante esta lucha, en cada momento, el estado de ánimo real de la clase; no solamente se dirige a las masas, sino también a las organizaciones cuya dirección es reconocida por las masas; ante las masas, obliga a las organizaciones reformistas a tomar posición públicamente sobre las tareas reales de la lucha de clases. La política de frente único acelera la toma de conciencia revolucionaria de la clase, desvelando en la práctica que no es la voluntad escisionista de los comunistas, sino el sabotaje consciente de los jefes de la socialdemocracia, lo que impide la lucha común.” (Trotsky, ¿Y ahora? Problemas vitales para el proletariado alemán).
Desconozco si Altamira leyó el libro "Estrategia Socialista y Arte Militar", en los que los compañeros Emilio Albamonte y Matías Maiello del PTS desarrollan y profundizan sobre la actualidad del "frente único" (si no lo hizo, se lo recomiendo).
Pero como en el Partido Obrero las elaboraciones teóricas son directamente inexistentes, Altamira sigue con la pantomima de que "Frente único" es que todos los partidos del FIT hagan y digan... lo que disponga el Partido Obrero. (risas)
"En un frente político único, las alternativas de la lucha política se discutirían con anticipación y las posiciones de unos y otros tendrían lugar en un marco organizado y constructivo", afirma en el nuevo posteo contra la crítica que le hace el PTS a la UJS/PO por su avanzada adaptación al kirchnerismo en la FUBA. Raro viniendo de quien plantea en esta misma página y con otro posteo facebookeano, polemizando con otros compañeros de su partido, que "Los planteos que se hacen públicos deben ser objeto de polémicas públicas - deben atender a la misma audiencia". El FIT es una coalición política por la independencia de clase, con un programa anticapitalista y por un gobierno de trabajadores, que el propio Altamira ha reivindicado más de una vez, y ahora, en vísperas de una gran batalla política/electoral contra los partidos capitalistas del régimen del FMI, pretende desacreditar con posteos de Facebook. Pretender que debamos llamarnos al silencio frente a lo que consideramos capitulaciones políticas, errores, diferencias, viniendo de quien viene (hemos recibido taaantos improperios públicos -y de baja esfofa- del amigo Altamira y sus compañeros del PO!) no es nuestro método. 
Por otro lado, ¿se acuerda Jorge de la reunión que tuvo con un declarado enemigo del FIT como el Perro Santillán, hasta llegó a firmar un acta, para comenzar su ingreso al FIT? ¿Y del intento de incorporar al kirchnerista "Pueblo en Marcha" al FIT, algo que consumó metiéndolos en la lista "2U" para derrotar a la encabezada por Del Caño y Bregman? Altamira: ¿Dónde estuvo la "anticipación" entonces? El PTS no participó, ni fue avisado, ni se trato en la Mesa Nacional del FIT, salvo post factum, de semejantes movimientos con elementos ajenos al FIT, encabezados por el propio Altamira (antes de perder las PASO a las que él mismo desafió, en forma superficial y aventurera, con el acompañamiento cerrado de toda la actual dirección del Partido Obrero).


"Hay 2019"

Por último. Tanto en el posteo del compañero Musso, y luego en una respuesta "oficial" de la actual dirección del Partido Obrero, se plantea que en 2017 hubo una huelga que conmovió al conjunto de los cordobeses por su impacto, duración y porque se estaba produciendo una rebelión contra la burocracia. La huelga de la UTA, que fue de-rro-ta-da con el apoyo no solo de las clases medias acomodadas, sino también de un sector del pueblo trabajador. Al amigo Jorge no le importa. Para justificar lo que sería un gran ascenso obrero y popular sin mediaciones desde hace años, pone en el tapete la extraordinaria movilización de las mujeres por el derecho al aborto. Dos cuestiones, en diciembre de 2017 hubo atisbos de rebelión obrera y popular en las puertas del Congreso contra la reforma previsional, superando con creces la voluntad contrarrevolucionaria de la burocracia sindical, que incluso había ya pactado la reforma laboral. Esa burocracia sindical, junto con el operativo de contención del Papa Bergoglio y "los movimientos sociales", y el llamado a la "calma" del kirchnerismo con su "Hay 2019", operaron para imponer un desvío y una enorme pasivisación que contrasta con el ya famosa afirmación de Nicolás Dujovne "En la Argentina nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el gobierno".
El movimiento de mujeres, policlasista y con una dirección totalmente conciliadora, no pudo cambiar esa situación. Y sufrió una dura derrota en el Senado. 
"Hay 2019" y un importante sector de las masas tiene la vana ilusión de que sacándolo a Macri en forma pacífica y electoral, van a comenzar a cambiar sus condiciones de vida. "Hay 2019" y lo más podrido de la burocracia se puede dar el lujo de convocar a un paro el 29 de mayo para ubicarse frente al mejor postor que gane las elecciones.
"Hay 2019" y dentro de Cambiemos el ala Cornejo/Frigerio/Monzó está conspirando para lograr un "fuera Macri" que mantenga y fortalezca a un macrismo sin Macri.
Del Caño dijo en el acto del Primero de Mayo, en el que Altamira participó, que "más allá de la forma en que se desarrollen los meses previos a las elecciones, estamos seguros de que antes o después habrá levantamientos por parte de los trabajadores y el pueblo pobre, como fue el 2001 cuando echamos a De La Rúa, con la diferencia de que esta vez desde la izquierda obrera y socialista tenemos muchas más herramientas, mucha más militancia, mucho más reconocimiento en la realidad política nacional. Pero no hay tiempo que perder, tenemos que aprovechar todas las instancias para organizar a decenas de miles con nuestro programa y nuestros métodos de lucha para disputar la conciencia política de millones". Eso es lo que opinamos en el PTS, en eso estamos. 
Junto con el programa que estamos actualizando para el Frente de Izquierda, estamos analizando cuáles son las mejores consignas para poder influenciar a millones, en forma preparatoria para los levantamientos por venir.
(ver posteo de origen en "Jorge Altamira")

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[Tomado de la pagina facebook de Guillo Pistonesi]

Córdoba: Un balance derrotista

[ Publicación Nº 6 ]
[Por: Jorge Altamira, 17 mayo 2019]
[Tomado de su página en facebook.]
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El PTS se ha metido en la polémica acerca de las elecciones recientes en Córdoba mediante la reproducción en Izquierda Diario de un posteo de un dirigente de Córdoba que, además, dice, es “joven”. Se trata, de todos modos, de una incursión muy limitada, porque deja de lado la caracterización de conjunto de la elección, a saber, si ella profundiza la crisis del proceso electoral o si, por el contrario, la victoria semi-plebiscitaria de Schiaretti debe verse como un comienzo de salida. El eje del artículo que publiqué el martes pasado gira, precisamente, en torno a esta cuestión y con sobrados motivos - porque de una caracterización adecuada de la crisis política de conjunto depende una orientación acertada de parte de la izquierda revolucionaria. Cuando no ha pasado una semana, parece claro que Schiaretti no se ha convertido en el eje de un reagrupamiento político eficaz de la política burguesa - lo cual, por sí solo, advierte sobre la profundización de la crisis del proceso electoral.

Un planteo ‘temerario’

La réplica que me endilga el joven Javier Musso se encuentra alejada del método de insultos, repudios y vituperios de otras respuestas, sin por eso privarse de las chicanas que amenizan las polémicas políticas en general. Musso, en esencia, nos dice, por un lado, que los resultados obtenidos por el FIT no son nuevos, porque “el desplome” electoral ya había tenido lugar en 2017; que si el FIT no es un frente efectivo ello no es responsabilidad del PTS, que ha propuesto formar un partido único de la izquierda; que la ausencia del kirchnerismo en la elección no tiene importancia; que la consigna “fuera Macri” no hubiera cambiado gran cosa los resultados; y que, por último, es mecanicista suponer que las crisis capitalistas vuelcan a la masas a la izquierda.
El joven tiene razón, “el desplome” ya tuvo lugar hace dos años. Esto sólo significa que hace dos años hubo un balance insuficiente. Musso no señala, sin embargo, que en 2017 el macrismo llegó a su apogeo político, como lo muestra la derrota de CFK a manos del ‘joven’ Esteban Bullrich. Donde no ganó el macrismo, lo hicieron sus aliados políticos activos, que ahora, por el contrario, procuran desmarcarse. Musso olvida, a pesar de encontrarse en “la flor de la vida”, que hace dos años el candidato K arrebató el diez por ciento de los votos, de modo que lo del domingo pasado no se emparenta con lo que ocurrió en 2017.
Para Musso, curiosamente, el tema de la “contención” que ejercería el kirchnerismo contra un traspaso popular a la izquierda, sería un polémica que yo tendría con otro sector (interno), algo que a él no le concierne. Otro olvido juvenil: cuando en marzo de 2017 desafié a que CFK dejara de jugar a las escondidas y anunciara su candidatura, agregando que aprovecharíamos su postulación para combatir “al nacionalismo burgués” que ella representaba, un dirigente del PTS sin aditamentos etarios, Guillermo Pistonesi, calificó mi posición de “temeraria”, porque una candidatura CFK quitaría votos al FIT (lo posteó en mi cuenta de facebook). No recuerdo, al menos en el último tiempo, una expresión de electoralismo más procaz - querer obtener votos por vacancia del rival y luego mirar para otro lado cuando no consiguen nada a pesar de que el rival se apartó del camino. Musso nos asegura, sin embargo, que el FIT hará una gran elección en Jujuy, en un par de semanas, debido a la “fragmentación del peronismo”. ¿En qué estamos? Dejo para otra ocasión la necesidad de un debate acerca del retroceso político sufrido por el FIT en Libertador General San Martín.
¿No es evidente la necesidad de un balance político acerca de por qué el FIT no conquistó en absoluto el voto popular que había ido a los K hace dos años? Lo que nuestro Musso tampoco recuerda es que, en 2017, las elecciones fueron para cargos nacionales - ahora locales, que es cuando, al menos estadísticamente, mejoran las posibilidades de las fuerzas políticas de izquierda. El principal punto en discusión es exactamente este: ¿hemos sufrido o no un “desplome electoral” en Córdoba? ¿Abordamos un balance de conjunto acerca de este “desplome” o nos consolamos con la “conservación de una banca en la Legislatura y otra obtenida en el Concejo, para la vanguardia revolucionaria”?

Frente Único

Es indudable que el centro del balance que desarrollé en mi artículo del martes pasado está puesto en la inexistencia del FIT como frente único y por lo tanto como alternativa política, con excepción de eventos electorales. En este mismo momento veo un titular de Izquierda Diario con la inscripción siguiente: “¿Se viene la Fuba del Pacto Social con la UJS-PO adentro?” Ningún obrero consciente que lea la ‘denuncia’ del PTS, según los cuales el PO apoya el Pacto Social de CFK en la Fuba, llegaría a la conclusión de que el FIT represente una alternativa política. En un frente político único, las alternativas de la lucha política se discutirían con anticipación y las posiciones de unos y otros tendrían lugar en un marco organizado y constructivo.
El PTS se ha cansado de rechazar un frente único, y no precisamente de un modo consistente. Caracterizó al FIT como “un frente en disputa” - nada menos que un cuadrilátero de boxeo; llamó a ignorar al FIT (2013) por “un partido de trabajadores”; recientemente propuso “un partido único” para las elecciones en curso, con fuerzas tan disímiles como Autodeterminación y Libertad, que es movimientista, y Corriente Popular, que no es socialista. El cambalache político es siempre anti-revolucionario. La propuesta de Izquierda Socialista de editar un boletín interno de discusión no prosperó ni para los abogados del partido único. He advertido desde hace mucho el límite insuperable de esta experiencia frentista - incluso cuando se presentó el FIT (ver Prensa Obrera, marzo de 2011) y desarrollado planteos para corregirla y superarla. La última manifestación de la tendencia centrífuga del FIT ha sido la incapacidad de arribar a un “acuerdo integral” para las elecciones 2019, planteado desde enero por el PO. ¿Apoyará ahora la propuesta de convocar a un Congreso del FIT para discutir estrategia y programa?

Objeto y sujeto

El PTS ha venido caracterizando que la clase obrera de Argentina es “conservadora” y que eso lo demuestra el voto reciente en Córdoba, al que califica de “conservador”. Estamos ante una nueva voltereta ideológica de sus académicos. Un editor de ID, Fernando Rosso, ha escrito que el único progreso posible para la izquierda es, en la actualidad, “el electoral” - lo que Córdoba tampoco parece confirmar. El PTS apoya la caracterización de conservadurismo popular en el argumento de que la crisis capitalista no tiene un efecto mecánico que vuelque a las masas hacia la izquierda. Bien, ¿pero por qué tendría, si, el efecto mecánico de volcarla hacia la derecha o el conservadurismo? Pura falacia. Sin la caracterización de las fuerzas políticas en presencia no se puede sacar una conclusión concreta, por eso es fundamental determinar el carácter del FIT y de su política, o sea de si va dirigida a desarrollar una fuerza socialista revolucionaria en la clase obrera. El FIT, por el contrario, se convierte en un frente democratizante desde el mismo momento es se remite a lo electoral y no constituye un frente que se apoya cotidianamente en la lucha de clases.
En oposición a los planteos del PTS, he caracterizado que la misma crisis del conjunto del régimen político es un producto último de la lucha de las masas, porque fueron la huelga de la mujer el 8 de Marzo, la movilización contra el 2x1, las movilizaciones del 14 y 18 de diciembre, e incluso las ocupaciones de Agr-Clarín, Pepsico o de los yacimientos en Comodoro Rivadavia, las que enterraron el plan Sturzenegger e iniciaron el ciclo de desplomes financieros, en el marco, claro, de una crisis capitalista internacional. Enseguida sobrevino la enorme movilización por el derecho al aborto. La burocracia sindical ha traicionado todas y cada una de las luchas, pero esas luchas son la evidencia más clara del descontento político de las masas con las fuerzas oficiales. Un articulista incluso asegura, en Perfil, que Schiaretti recogió el retroceso del FIT y no que el FIT retrocedió por el progreso de Schiaretti.
El recostamiento oportunista en el conservadurismo de las masas, implica que la salida al presente derrumbe político está descontado: lo determinará, ‘mecánicamente’, la partidocracia capitalista. El derrumbe de la tentativa macrista habría iniciado, no la perspectiva de un ascenso sino de un retroceso político de la clase obrera. Cuando la victoria de Schiaretti y el retroceso del FIT se presentan como un “anti-cordobazo”, esta tesis del retroceso muta en tesis de una victoria de la contrarrevolución. Anti-cordobazo fue el golpe policial de febrero de 1974, que derrocó al gobierno de Obregón Cano y Atilio López, y que llevó al 24 de marzo del 76. Los comicios de Córdoba han servido, como es evidente, para el despliegue de una enorme confusión política.

Adónde va Argentina

La tendencia política general en Argentina va en sentido opuesto al que esgrime mi joven adversario de Córdoba. Más allá de que la crisis desemboque o no en un traspaso del gobierno al Congreso o que se produzca otro derrumbe financiero antes de octubre, los recambios que se gestan en las oficinas de las compañías y bancos y en las de los partidos, chocarán con los límites de la crisis integral de Argentina y de la acentuación de la crisis continental (Venezuela, Cuba, Brasil, Colombia) y mundial. Esta es la curva previsible del desarrollo político. ¿Hace falta decir que la izquierda revolucionaria debe insertarse en este desarrollo con un planteo de poder? La victoria de Schiaretti se ubica en este contexto político, como un intento sin perspectivas de operar como recambio político. La izquierda revolucionaria debe intervenir como un factor activo, con un planteo de poder, en el proceso objetivo de la descomposición de conjunto del presente régimen social.
La chicana de Musso, a saber, “fuera Macri”no nos hubiera evitado el retroceso electoral’, revela una cortedad de miras que llama la atención - y una obsesión por el ‘electorado’, no el desarrollo político de la vanguardia de la clase obrera. Musso abrevia la consigna, pero no para ahorrar espacios de texto, sino para esquivar la Asamblea Constituyente Soberana y el Gobierno de Trabajadores. “Derrotemos a Macri y a los gobernadores” es una expresión de deseos, no un planteo político, y hasta contradictorio con trabajadores ‘conservadores’. Debo añadir, aprovechando mi maduración etaria, que estamos ante una fraseología inventada por Nahuel Moreno, que envolvía la ambigüedad de sus posiciones con la agitación de deseos colectivos.
El PTS coqueteó en algún momento con el planteo Constituyente; Christian Castillo planteó desarrollar “consejos obreros” (soviets) para impulsar la Constituyente, pero parece que fue disuadido de perspectivas tan febriles. Nadie puede saber cuántos votos habría atraído un Fuera Macri, impulsado por un Frente para elecciones, pero es indudable que la tríada Fuera Macri, Constituyente Soberana, Gobierno de Trabajadores habría servido, en primer lugar, para desarrollar un frente único estratégico de izquierda, porque no es un objetivo de corto plazo ni electoral. Lo que Musso nos dice es que si Fuera Macri no arrima votos, tenemos que dejar afuera esa consigna. ¿Habrá advertido el joven polemista y su partido que se han puesto a la derecha de una gran franja del kirchnerismo?

La mujer y la agitación política

El tema del feminismo no debe ser separado de toda esta cuestión en su conjunto. La adopción del ‘lenguaje inclusivo’ debe ser vista como una adaptación electoral al votante feminista, hombre o mujer. Esa adaptación arranca de la falta de un planteo de poder. Defiendo el derecho de quienquiera a hablar como quiera - es un derecho incuestionable, y más si va acompañado de Fuera Macri, Constituyente Soberana, Gobierno de Trabajadores. El socialismo ha forjado un gran lenguaje a través de luchas históricas, que han servido para crear consciencia de clase, o sea del antagonismo irreductible entre el capital, de un lado, y la fuerza de trabajo, del otro.
El feminismo en cuanto tal se declara ajeno (“autónomo”) a la lucha de clases, lo mismo es adaptarse a su lenguaje - y peor introducirlo con fórceps, sin el menor debate político, o sea el acuerdo mayoritario de todas y todos. El feminismo se define pluriclasista; la agitación socialista debe tener un carácter de clase - defiende a la pluralidad de los oprimidos desde un punto de vista histórico definido, o sea de clase.. Cualquier otra cosa que se diga a respecto de mis posiciones fuera de lo que he escrito, es difamación, lo cual, advierto, revela el choque de intereses sociales y de principios que involucra esta polémica. La campaña electoral del FIT en Córdoba ha girado seguramente por varios andariveles, pero el que más se ha destacado por lejos es el feminista - de ningún modo las consignas que corresponden a la presente crisis política. Algunos observadores de esta polémica me han comentado acerca de ‘spots’ que abogan por el parto domiciliario y otros que serían una copia fiel de los que exhibió la corriente feminista del partido Demócrata de Estados Unidos en las parlamentarias de noviembre pasado.

Derrotismo

La justificación de los resultados electorales del domingo pasado en Córdoba conforma un balance derrotista. La crítica de ellos, por el contrario, ofrece una perspectiva. A esto se resume todo. Saludo el ingreso del compañero del PTS en la polémica - no hace falta que diga el desprecio que me producen las descalificaciones y difamaciones de quienes no pueden ni quieren participar de ella. Es indudable que el resultado de una campaña electoral debe evaluarse más allá de los votos - por la discusión que suscitaron los planteos estratégicos (en la clase obrera), por el crecimiento de la periferia sobre una base principista y por el reclutamiento. Cuando se presente este balance en forma real y no retórica, el debate ingresará en una nueva fase.

Jorge Altamira 
17 de Mayo 2019


jueves, 16 de mayo de 2019

La campaña revolucionaria del PO cordobés. Respuesta a Jorge Altamira

[ Publicación Nº 5 ]
[Por: Pablo Giachello, 16 mayo 2019]
[Fuente: Prensa Obrera.]

Con motivo de los resultados de la elección cordobesa, Jorge Altamira ha publicado, en su Facebook personal, un artículo que denosta la campaña política realizada por el Partido Obrero. Dejaremos de lado el debate sobre la forma en la que aparece la crítica -es decir el método de hacerla pública sin antes haberla discutido y girado a los organismos propios del partido al que pertenece- para concentrarnos en el debate del contenido de la misma. 

/seguir leyendo.../


[Tomado de la Prensa Obrera.]

miércoles, 15 de mayo de 2019

La izquierda debate: a propósito de las elecciones de Córdoba

[ Publicación Nº 4 ]
[Por: Javier Musso, 15 mayo 2019]
[Tomado de La Izquierda Diario.]

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Altamira sin frenos: sobre las elecciones en general y las de Córdoba en particular

El dirigente histórico del PO diagnostica el “desplome” del FIT haciendo un balance de las elecciones de Córdoba.
Es cierto que el FIT tuvo una pérdida importante de votos con respecto a las elecciones provinciales del 2015, pero lo que insólitamente se olvida de decir es que ese retroceso se produjo, en esta provincia, en 2017 (donde el FIT obtuvo el 3,3 % en las elecciones de octubre para diputados, retrocediendo del 7,5 % obtenido en el 2013 y del 6,2 % obtenidos para legisladores en el 2015) y no ahora. Asimismo, señala el avance del “solitario” MST, cuestión que ya también se había producido en el 2017, lo que ahora le permitió obtener una banca. No lo aclara, pero esperamos que no esté sugiriendo que el MST hizo una campaña más de “izquierda” y que por eso habría obtenido una banca.
[Tomado de La Izquierda Diario.]