lunes, 12 de noviembre de 2018

¡Celebrar las masacres de ayer es preparar las de mañana!

[Por: Union Pour le Communisme]




    Se acerca el centenario de la primera guerra imperialista mundial, y con ello las celebraciones patrióticas que prepara el Estado francés.
    En 1914, surgiendo de una fase de desarrollo continuo, el capitalismo entró en una crisis convulsiva que precipitó al mundo en una carnicería sangrienta.
    Las grandes empresas de un puñado de países ricos como Francia, Inglaterra y [los EE.UU de Norte]América se habían repartido lo esencial de las colonias, mercados y recursos del mundo en materia prima, alimentando la codicia de los jóvenes imperialismos rivales del mundo como Alemania, Japón y las potencias de segunda categoría. La crisis de sobreproducción, la saturación de los mercados relacionados con las capacidades productivas reales, provocarían la guerra, la masacre de millones de explotados, obreros y campesinos, para determinar los contornos de una nueva partición del mundo, para crear las condiciones de la "reactivación" de la economía a través del mercado de armas y el de la reconstrucción.
    Celebrar esta catástrofe, pretender contra toda evidencia que los millones de personas asesinadas o mutiladas en 1914-1918 lo han sido por Francia, Alemania, Inglaterra, los Estados Unidos y no por el Capital, es justificar las masacres de hoy y preparar las de mañana. Es exaltar la solidaridad de la víctima con su verdugo, manteniendo el mito de la "defensa nacional" cuando el militarismo existe solo para defender las ganancias y los Estados de la minoría burguesa.
    En 1914, solo un puñado de militantes de los partidos y sindicatos obreros resistieron la oleada chovinista y militarista, mientras que la socialdemocracia y el reformismo sindical revelaron su verdadero rostro nacionalista y burgués al permitir, mediante su rol decisivo, alistar a la población trabajadora en la guerra. Dentro de esta minoría internacionalista, la corriente comunista revolucionaria formó el ala más decidida, y fue la que, tomando el poder en Rusia en octubre de 1917 y provocando una ola revolucionaria en Alemania, detuvo la guerra.
    Hoy, la economía vuelve a estar en crisis; el ciclo de expansión hecho posible por la Segunda Guerra Mundial se está agotando; los mercados están saturados, mientras que las posiciones adquiridas por un puñado de gigantes globales son cuestionadas. La guerra ya está ahí: es la guerra contra los explotados, reducidos al hambre y la miseria en regiones enteras del globo. Esto podría empeorar, con nuevos conflictos de pueblo en pueblo surgidos de la crisis económica, en las nuevas y espantosas condiciones de una tecnología militar implacable dotada de un poder destructivo sin paralelo.
    No olvidamos que el capitalismo puede sobrevivir, atravesar sus crisis y emerger más fuerte al comprometer periódicamente a la población del mundo a la destrucción. Hay que dar vida a la lección aprendida al precio de la sangre: que la organización independiente e internacional de los proletarios, sobre bases claramente clasistas y comunistas, preparando con antelación la revolución, es una necesidad vital para romper definitivamente, junto con el régimen capitalista, el ciclo de las guerras imperialistas.

(Francia, 11 de noviembre de 2018)

UNION POUR LE COMMUNISME
(Unión por el Comunismo)

(Versión al castellano: ERL)

Tomado de:

http://upc.ouvaton.org/upc/blog/2013/11/11/celebrer-les-massacres-dhier-cest-preparer-ceux-de-demain/?fbclid=IwAR2yxD3t64Wk4tH89BKTDWE0Uo9r7GqrY68o5OhDYDEza1WiiozOaU-yW2o